La mala gestión de la crisis con la Policía generó un efecto contagio que despertó a otros sectores y desvela al Gobierno de Misiones
El 17 de mayo de 2024 comenzó a escribirse una página histórica en la lucha salarial de la provincia. Esta nueva Revolución de Mayo que se gestó y arrasa en Misiones, abrió una Caja de Pandora como aquella de la mitología griega que contenía todos los males. Mientras tanto el ministro Marcelo Pérez, autor intelectual de la crisis, sigue echando leña al fuego por TV nacional
Ni en sus peores pesadillas los integrantes del Gobierno de Misiones imaginaron una estampida social como la que comenzó el viernes pasado con la movilización de los policías y en los días posteriores fue creciendo con la avanzada de los docentes, personal de salud, judiciales, guarda parques, trabajadores de Emergía de Misiones y hasta los del Multimedio. Sin contar a los productores yerbateros que también anunciaron que marcharán a Posadas, evocando, por qué no, el histórico Tractorazo.
A esta altura, cuando todavía no hay nada resuelto y el conflicto puede escalar mucho más, el reclamo de la Policía de 2012 (hasta días atrás recordado como un hito) quedó chiquito al lado de este del 2024.
Ahora los policías dejaron de hacer adicionales, como en los bancos, y las comisarías atienen con guardias mínimas. Llegan al acampe uniformados y dan la cara. Llegan en grupo, como la icónica Banda de Música que llevó su arte al acampe de la avenida Uruguay; como los Bomberos o el Grupo de Intervención Rápida (GIR), cuyo vocero dijo “no vamos a pelear policías contra policías, de acá no vamos todos o no nos vamos”. Tremenda arenga.
Esos que en la madrugada del viernes 17 de mayo de 2024 llegaron y coparon la Uruguay, frente al Comando I, tal vez no se imaginaban que estaban haciendo historia en la lucha por la reivindicación salarial de los estatales de Misiones.
“Pero la miseria no es joda. Sabés lo que es cobrar y en dos días no tener más plata. No poder comprarle una zapatilla a tu gurí, vivir de chipa y reviro. Es muy triste, pero los gobernantes no ven eso; ellos quieren resultados, y si te equivocás, te cocinan”, graficó un sargento.
Y esa misma descripción abarca a todos. Como a esa maestra de grado que gana 260 mil pesos, paga 100 de alquiler, 60 de luz y le queda 100 para los demás servicios y comer un mes con sus tres chicos. Con lágrimas en los ojos contó que pasan hambre. Y es una maestra!
El padre de la criatura
Esta nueva Revolución de Mayo que se gestó y arrasa en Misiones, abrió una Caja de Pandora como aquella de la mitología griega que contenía todos los males.
La convicción y unión de los policías motivó a otros sectores, y aunque los docentes ya venían marchando, está claro que al verse afectada la seguridad pública las consecuencias fueron mucho más vertiginosas.
El acampe policial, tan multitudinario, ofició un efecto contagio y se fueron sumando más sectores. Es que los males estaban, faltaba la chispa, y en ese punto cobra relevancia la figura del ministro de Gobierno Marcelo Pérez que amenazó con garrote y cárcel a los sediciosos… chau, ahí sí que se pudrió todo.
Y sigue con las bravuconadas, ahora por TV nacional, como cuando afirmó que quienes reclaman “parten de un concepto errado que es la canasta básica”. Ah sí ministro, y por qué no cuenta cuánto gana por mes y después teoriza sobre conceptos salariales.
No baja del caballo y es el padre de la criatura, el autor intelectual de una crisis sin precedentes en la historia política de Misiones. Y ya vimos el efecto contagio, habrá que esperar lo que trae el efecto dominó (por la interna está que arde).
El caso Misiones ya es tema central en la agenda de los principales medios del país, con enviados especiales y todo el show. Incluso, canales tan antagónicos ideológicamente como C5N y La Nación+ retratan el conflicto que crece. Claro que no los une el amor, sino el espanto.
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