Suzi Olivera es paciente oncológica y vecina de Germán “Maba” Alcaraz, esposo de una comisario mayor obereña, quien posee varias denuncias por amenazas de muerte y otros hechos, aunque goza de absoluta impunidad. Por seguridad, la vecina decidió colocar una cámara frente a su casa, tras lo cual Alcaraz lanzó una amenaza gravísima: «Esta basura de gente que graba todo el tiempo, tarde o temprano voy hacer desaparecer». Por su parte, Olivera rogó: «Dios quiera que esta persona no tenga que matar a alguien para que tomen medidas»
Suzi Olivera (42) vive sobresaltada, con angustia y temor por las constantes agresiones y amenazas de muerte que recibe su familia por parte de Germán Alcaraz, alías “Maba”, su vecino del frente y marido de una comisario mayor que se desempeña en la Unidad Regional II de Policía de Oberá.
Esta mañana, ante la misma UR II, la mujer radicó una nueva denuncia contra Alcaraz donde relató la pesadilla que padecen desde hace años, al tiempo que alertó sobre la posible complicidad de su mujer en actividades al menos sospechosas.
“Este hombre goza de total impunidad, anda siempre borracho y bajo los efectos de otras sustancias, pero igual maneja y es un riesgo para todos los vecinos. Es más, el fin de semana pasado dio positivo el control de alcoholemia y el lunes ya estaba manejando como si nada. Es una locura y un peligro”, opinó Olivera.

Precisamente, como publicó este medio, el último sábado Alcaraz fue objeto de un control de la Policía de Seguridad Vial y el correspondiente test detectó que manejaba con 2.0 gramos de alcohol por litro de sangre, es decir cuatro veces superior al nivel permitido.
De todas formas, no sólo no lo detuvieron, sino que tampoco le secuestraron el auto, a contramano de lo que indica el procedimiento legal.
Pero esa impunidad no sorprende a los vecinos de calle Necochea, en Barrio Norte, donde Alcaraz se maneja con soberbia y a los gritos dice “acá nosotros somos los jefes del barrio”, tal como mencionó Olivera.

“Vivimos con terror y encerrados por esta gente. Nosotros tuvimos que poner una cámara frente a la casa para protegernos un poco, y nos querían obligar a sacarla. Ellos realmente se creen los dueños del barrio y mucha gente les tiene miedo”, indicó.
Tampoco es un dato menor que la mujer es paciente oncológica y toda la situación descripta afecta su salud, como también a su esposo e hijos.
Denuncias previas
Con las constancias en la mano, contó que cortaron relación con la comisario y Alcaraz cuando éste le invitó a su marido para viajar a Panambí a buscar una vaca robada. Ese hecho se remonta a 2017 y consta en una denuncia.

También señaló que en una ocasión declaró a favor de la comisario en un hecho de violencia doméstica, lo que desató la bronca del implicado.
En tanto, como consta en otra denuncia de enero del año pasado, a raíz de la cámara que colocaron frente a su casa, el acusado los amenazó: “Esta basura de gente que graba todo el tiempo, tarde o temprano voy hacer desaparecer de ahí, manga de payasos”.

También en diciembre de 2020 lanzó una fuerte amenaza: “Tengo la camioneta llena de explosivos para esos soplones”, lo que fue oportunamente denunciado.

Antes, en noviembre de 2020, Olivera denunció que sospechaba que Alcaraz rayó su auto. Además, y no es un dato menor, dejó constancia sobre indicios de narcomenudeo. ¿Se investigó o se cajoneó la denuncia?

La mayoría de las denuncias previas fueron realizadas en la Seccional Cuarta. ¿Hubo negligencia o complicidad?
“Este hombre no trabaja y tenemos sospechas de que anda en cosas raras. Por algo, años atrás allanaron la carnicería que tenía, pero él zafó como siempre. Y la esposa no puede ser ajena, ella lo apaña. Dios quiera que esta persona no tenga que matar a alguien para que tomen medidas”, rogó Olivera.
Por otra parte, tras la publicación de la amenaza de muerte lanzada por Alcaraz a este periodista, varias personas se contactaron para relatar sus pesares con la misma persona. Muchos no lo denunciaron por temor, pero otros sí y las denuncias nunca prosperaron.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.