Andrea Ayala radicó una denuncia por presunto abandono de persona y mala praxis en perjuicio de su papá, Andrés Ayala. En pocas horas, el paciente fue visto por su médico de cabecera del PAMI, en la guardia del Hospital de Oberá y en dos clínicas privadas. “No le dieron importancia. Como que mi papá no valía nada”, lamentó
El relato de Andrea Ayala (36) duele e indigna. La secuencia que se inició en la madrugada del pasado 3 de junio, cuando su papá Andrés Ayala (74) presentó los primeros síntomas de neumonía, culminó esa misma tarde con el abrupto deceso del jubilado.
En dicho lapso, según consta en la denuncia por presunto abandono de persona y mala praxis radicada el último lunes ante la Fiscalía de Instrucción Dos de Oberá, el paciente fue visto por su médico de cabecera de PAMI, luego fue evaluado en la guardia del Hospital Samic, más tarde lo trasladaron a la clínica Derna, posteriormente fue derivado a la clínica Epsom y enseguida lo volvieron a ingresar a la Derna, donde falleció.
En medio de ese recorrido, tal la opinión de Andrea Ayala, médicos y responsables de las citadas instituciones ni siquiera revisaron a su papá, quien se quejaba de que no podía respirar, pero estaba lúcido.
“El 3 de junio mi papá tenía mucha fiebre y lo llevé al médico de cabecera. El doctor vio que casi no podía respirar, me dijo que estaba mal y que había que internarlo, que iba a preguntar si había cama en la clínica Derna. Pero yo decidí llevarlo derecho al Hospital para no perder tiempo por si en la clínica no había cama”, indicó Andrea.
En diálogo con este medio, precisó que pasadas las 10 lo atendieron en la guardia del Hospital, donde lo asistieron con oxígeno: “La doctora nos dijo que era neumonía, pero que no tenían cama y que, como mi papá tenía obra social, tenía que ir a la clínica”.
“Llamaron a Derna y dice que les rechazó. Entonces llamaron a Epsom, vino la ambulancia y le llevaron. Ya era mediodía cuando le bajamos. Le vieron en guardia, le llevaron a la habitación y ahí una doctora dijo que tenía que volver a Derna. La camillera todavía me dijo: ‘Dios mío, qué bárbaro lo que están haciendo con su papá’”, recordó.
“No le dieron importancia”
Otra vez en la clínica Derna, Andrea le explicó la situación a un médico y su papá fue ingresado a terapia, aunque “ni le tomaron la presión, nada. Me hicieron firmar tres planillas. Después me pidieron que le saqué la ropa a mi papá y que le ponga una bata. Hasta ahí, ellos ni siquiera lo tocaron”, aseguró.
Continuando con su relato, contó que “el doctor me dijo que yo no me podía quedar en terapia. Entonces le dije a mi papá que me iba a comprar unas cosas que me pidieron y él me respondió: ‘Bueno mi corazón’. Le tapé y me fui. A las cinco de la tarde volvimos al centro con mi hermano y a las seis ya estábamos en la clínica”.
Al llegar, el encargado de seguridad le dijo que el doctor de terapia quería hablar urgente con ella, aunque tardó casi una hora en aparecer.
“Casi a las siete salió el médico y me dijo: ‘Tu papá falleció un ratito después que saliste. Le dio un infarto’. No me llamaron, no me avisaron. Yo quedé en shock, todavía no puedo creer. Mi papá vivía conmigo, era mi gran compañero y lo extraño muchísimo. Lo que más me duele es que desde el doctor de cabecera, pasando por el Hospital y las clínicas, nadie le atendió como corresponde. Por eso falleció”.
“No le dieron importancia. Como que mi papá no valía nada. Él era sano, andaba bien en los controles. Mi papá murió por falta de atención médica, quiero justicia y que nadie más pase por lo mismo”, subrayó conmovida.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.