En el marco del juicio contra Alan Calixto Closs se precisó que la víctima estaba muy alcoholizada y no se pudo defender. Según los especialistas, ese nivel de intoxicación genera “deterioro grave de la comprensión, la capacidad de juicio, la voluntad y el consentimiento; un estado de semiinconsciencia, disminución de reflejos y una incapacidad total para consentir cualquier tipo de acto”
Daniela Radke tenía 2,79 gramos de alcohol por litro de sangre al momento de su asesinato. Así lo confirmaron los peritos forenses en la etapa de investigación y fue expuesto en el inicio del juicio oral contra Alan Calixto Closs, acusado de haberla abusado sexualmente y asesinado el 5 de mayo de 2023 en San Vicente.
Según los especialistas, ese nivel de intoxicación genera “deterioro grave de la comprensión, la capacidad de juicio, la voluntad y el consentimiento; un estado de semiinconsciencia, disminución de reflejos y una incapacidad total para consentir cualquier tipo de acto”.
Este dato clave pone en crisis la versión del acusado, quien reconoció que mantuvo relaciones sexuales con Daniela esa noche, pero sostuvo que todo fue consentido. Describió que tomaron juntos fernet con coca, tres botellas, cenaron un guiso que él cocinó y tuvieron relaciones sexuales en tres momentos diferentes: «cama, ducha, sala».
Closs aseguró que la joven le pidió prácticas sexuales con componentes de sadomasoquismo: «Me pidió que la ahorque y le dé tapas», dijo, y agregó que utilizó el cordón de una capucha a pedido de ella. Luego, relató que Daniela se desmayó y que él entró en estado de shock. «Cuando vi que estaba muerta no sabía qué hacer», afirmó.
Closs también contó que llamó a un amigo tras el hecho, pero en su versión omitió detalles que sí fueron aportados por ese testigo. El amigo declaró que Closs lo convocó al inquilinato alegando que una amiga se había atragantado con un hueso de pollo mientras comían. Además, señaló que no notó que el acusado estuviera alcoholizado.
El relato de Closs incluye que se trató del primer encuentro íntimo con Daniela, que no sabía dónde vivía, que se habían contactado por WhatsApp y que solo mantenían una relación de amistad.
Sin embargo, en varios tramos de su declaración, sobre todo aquello que lo comprometía, dijo «no me acuerdo de nada».
La autopsia también reveló «estrangulamiento» como causa de muerte y la presencia de semen de Closs en la zona íntima del cuerpo de Daniela. Si bien esto último coincide con su admisión del acto sexual, sumado al nivel de alcohol en sangre y el contexto de violencia, para la fiscalía refuerza la acusación de abuso sexual seguido de femicidio.
El juicio es presidido por el magistrado Francisco Aguirre, con Horacio Paniagua y Erasmo Villalba como vocales. La fiscalía está a cargo de David Milicich, mientras que la defensa del imputado está en manos de los abogados Humberto Gales y Leandro Giudici.
Texto y fotos: Cristian Valdez.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
