La importancia de hablar de suicidio como herramienta de prevención. Por Myriam Beatriz Yaciuk (*)

El suicidio es un fenómeno complejo que a lo largo de los siglos atrajo la atención de filósofos, teólogos, médicos, sociólogos, trabajadores sociales, psicólogos, artistas y otros. Según el Francés Albert Camus, el mito de Sïsifo es el único problema filosófico serio.

Cabe destacar que desde el año 2003 la OMS impulsa junto a la Asociación Internacional Incluso, el 10 de septiembre de cada año se conmemora el día mundial para la Prevención del Suicidio. El mismo tiene como objetivo instalar el concepto de que el suicidio se puede prevenir y así reducir las tasas de muerte por esta causa en el mundo. Lamentablemente su prevención y control no son tarea fácil.

Motivo por el cual, considero que debe haber una preferencia y trazar con urgencia un camino serio como responsable, que apunte específicamente a la PREVENCION.

El suicidio es un problema de Salud Pública, ya que afecta negativamente al bienestar de los individuos y la comunidad. Hablar abiertamente sobre el mismo, nos permite estar al tanto de los motivos que le llevan a un o una joven a acabar con su vida y, de ese modo, poder manejar alternativas para potenciar la prevención y/o brindar apoyo emocional a cuestiones que parecen no tener solución.

El suicidio no es un tema fácil de abordar. Se trata de un inconveniente de Salud Pública que impacta en diferentes niveles de la sociedad. Existen factores de riesgo en el suicidio, que son del tipo social, cultural y psicológico, así como familiar.

En otras palabras, fenómenos multicausales que pueden afectar a un/una joven a tomar dicha determinación.

Estas circunstancias limites están rodeadas de mitos y además se han estigmatizado para definirlo solamente en trastornos mentales. Cuando por el contrario deben analizarse y planificar intervenciones que empiecen en el ámbito familiar, comunitario, y hasta el político. Abordando todos estos aspectos es más fácil brindar una ayuda oportuna a quien lo necesita.

El suicidio de puede prevenir

EL abordaje y tratamiento temprano de trastornos depresivos, consumo de alcohol y/u otras sustancias psicoactivas se logran con intervenciones efectivas programadas para el individuo y en corresponsabilidad con la comunidad donde acontecen los casos.

Es necesario y urgente eliminar las barreras a la atención de la salud mental. Asimismo, limitar el acceso a los medios que narran explícitamente maneras de quitarse la vida y, al contrario, anteponerse para brindar información seria y apropiada sobre el tema en los distintos canales de comunicación.

Reducir también, el estigma asociado a la búsqueda necesaria de ayuda durante el proceso suicida. También puede contribuir a prevenir el suicidio el abordaje integral y con un enfoque de derechos, lo cual implica tener en cuenta procesos históricos, de filiación, intergeneracionales, estructuras políticas, perspectiva de género, aspectos interculturales y migratorios, entre otros factores.

Se supone, que se debe orientar el enfoque en amplitud, a la salud en general y de la violencia auto infligida en particular.

Es de vital importancia detectar, escuchar y atender con precisión esas situaciones que han sido desatendidas y desoídas. El suicidio se puede prevenir, pasa que abordar esta problemática implica pensar en términos de complejidad y multicausalidad.

Se trata como de un fenómeno de marginalidad tanto a nivel mundial como en nuestro país, que presenta un deterioro en el tejido social, como de alto impacto en lo emocional, el entorno familiar y social, su comunidad de pertenencia, con efectos de amplio alcance. Por eso para abordar la problemática y contribuir a la causa, la mejor estrategia es la prevención, entendida esta desde una perspectiva de cuidados integrales y colectivos, en especial en el grupo de los adolescentes.

Un gran desafío

La corresponsabilidad interinstitucional básicamente en atención primaria de la salud. Imperioso el hecho como de vital importancia detectar, escuchar y atender con precisión situaciones que han sido vividas en ese/a joven y no percibidas o significativas para el entorno que lo atendió.

Se deben visualizar que entre los adolescentes hay situaciones de vida no detectadas, disruptivas, avasalladas que producen un deterioro con el tiempo y solo generan o despiertan posibilidades negativas en cuanto a la proyección de la vida, anhelos, ilusiones, sueños. A veces en esos entornos suelen derribarse los proyectos cercanos a una futura vida.

El desafío es grande, se trata de trabajar lo subjetivo, para que el/la joven pueda procesar de alguna manera aquello que lo rodea como un dolor insoportable. De esta manera será más fácil brindar una ayuda oportuna a quien lo necesite.

Siempre se deben tener en cuenta los factores de riesgo en la adolescencia. Etapa de vulnerabilidad a nivel psicológico que, no siendo el único indicativo de inminente riesgo, sino además, situaciones de violencia o agresividad, abuso sexual, problemas en la escuela, bullying o acoso escolar, entre otros.

Sin embargo, es importante considerar que los jóvenes son víctimas de problemas intrafamiliares, dificultades a nivel escolar, personales, etcétera. Entonces, ahí es cuando hablamos de factores protectores: la familia, desarrollo de habilidades sociales, fortalecimiento de autoestima, confianza en sí mismo, habilidad a sostener los cambios, tolerancia a la frustración, responsabilidad, motivaciones, resiliencia.

Eso es prevención: saber que puede buscar ayuda cuando se encuentra en dificultad. Debemos motorizar con todas nuestras fuerzas y posibilidades, que no estén para nada limitadas, sin miradas prejuiciosas, para lograr justamente PREVENCION.

La Ley 27.130 o Ley Nacional de Prevención del Suicidio, sancionada el 11 de marzo de 2015 y promulgada el 6 de abril del mismo año, tiene como objetivo la disminución de la incidencia y prevalencia del suicidio, a través de la prevención, asistencia y postvención, que son acciones destinadas a trabajar con el entorno de la persona que se quitó la vida para evitar nuevos eventos.

(*) MYRIAM BEATRIZ YACIUK TRABAJADORA SOCIAL Y PROFESORA EN EDUCACION. COLABORADORA DEL EQUIPO DE SALUD MENTAL EN PREVENCION DE CONDUCTAS AUTOLESIVAS Y SUICIDIO EN ADOLESCENTES.

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