Gendarme retirado acusado de violar a su propia hija está libre por la edad y sigue acosando a la víctima

El implicado tiene 76 años y obtuvo la eximición de prisión del Juzgado de Instrucción de Jardín América. El viernes la víctima volvió a denunciarlo porque la hostiga. “Mi infancia y adolescencia fueron un infierno porque mi propio padre me violó desde los 4 hasta los 17 años”, lamentó

El último viernes un gendarme retirado se presentó en un local de Jardín América y preguntó por una de las empleadas, las compañeras le dijeron que ese día la chica estaba de franco, ante lo cual el hombre se presentó como el padre de la joven y le mandó saludos.

La escena podría parecer intrascendente, normal y cotidiana, de no ser porque hace trece meses el implicado fue denunciado por abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de su hija biológica, la misma por la que preguntó el viernes en su lugar de trabajo violando la prohibición de acercamiento vigente.

La víctima tiene 21 años y el accionar de su progenitor la invade de temor, ya que el mismo se maneja total impunidad y la acosa permanentemente. El acusado tiene 76 años.

“Mi infancia y adolescencia fueron un infierno porque mi propio padre me violó desde los 4 hasta los 17 años. El 10 de enero del año pasado hice la denuncia en la Comisaría de la Mujer de Jardín América y relaté todo el daño que me hizo, pero él no pasó un solo día preso. Por su edad le otorgaron la eximición de prisión, entonces se cree intocable y todo el tiempo me hostiga”, detalló la joven, cuya identidad se preserva para no revictimizarla.

Contó que su papá siempre tuvo residencia en Jardín América, mientras que ella se crio con su mamá en una localidad cercana.

“Nunca fueron una pareja estable, cada uno tenía su familia, pero mi papá siempre me visitaba y me buscaba. Los abusos empezaron cuando tenía 4 años. Recuerdo estar acostada en la cama, entre mi mamá y mi papá, donde él aprovechaba para manosearme. Yo era una criatura y me hacía mirar pornografía. Perdí mi virginidad a los 11 años por los abusos de mi propio papá”, rememoró entre lágrimas.

Abusos y golpes

Según la víctima, su padre biológico abusó de ella en innumerables ocasiones, tanto en la casa como su coche, al tiempo que la golpeaba y amenazaba con matarla si contaba lo que le hacía.

“Aprovechó todos los momentos que pudo para violarme. Siempre me tuvo sometida, me amenazaba y golpeaba, en una ocasión me asfixió y me dijo que si quería me mataba. También mí mamá fue muy golpeada por él”, aseguró.

En ese contexto su infancia y adolescencia fueron un calvario, ya que los abusos se prolongaron hasta los 17 años. 

Al respecto, mencionó que “cuando era chiquita sabía que lo que él me hacía era algo muy malo, pero me pesaba más el miedo. Pero cuando fui creciendo fui entendiendo más y me empecé a alejar. Por ejemplo, él iba a la casa de mi mamá y yo me encerraba en mi habitación y me ponía ropa grande”.

Finalmente, el 5 de enero del año pasado le contó a su mamá y ese mismo día se fue su casa para cortar del todo el vínculo con su progenitor. “Mi mamá me creyó, pero le cuesta asimilar”, agregó.

En tanto, afirmó que una hermana por parte de madre también habría sido víctima del mismo violador.

“Para zafar, a los 18 años se fue a vivir con el novio. Ahora tiene 30, pero nunca lo denunció. Yo sé porque mi papá me contaba que abusaba de mi hermana, como jactándose, y después ella misma me confirmó. No sé cuántas víctimas más habrá”, alertó.

Pedio de auxilio                    

La denuncia contra su progenitor fue radicada el 10 de enero del año pasado ante la Comisaría de Jardín América. En tanto, el expediente caratulado abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por el vínculo, se tramita ante el Juzgado de Instrucción de la misma localidad.

“Una vez me citaron al juzgado, pero como no tengo abogado no me dan mucha importancia. En cambio, mi papá tiene dos abogadas”, opinó.

Asimismo, alertó sobre el accionar del imputado, quien la acosa permanentemente violando la prohibición de acercamiento vigente, tal como denunció en varias ocasiones y lo reiteró tras el episodio del último viernes.

“Ese día yo estaba de franco, pero él fue hasta mi trabajo y preguntó por mí. Como le dijeron que no estaba, se presentó como mi papá y me mandó saludos. Algunas de mis compañeras que conocen mi denuncia no podían creer la impunidad con que se maneja, porque no es que llegó a mi trabajo de manera casual, sino que preguntó por mí”, expresó indignada.

En tal sentido, agregó que su lugar de trabajo cuenta con sistema de seguridad por cámaras, cuyo análisis corroboraría el episodio y la presencia del implicado en el local.

Esa misma noche la joven se dirigió a la Comisaría de la Mujer, pero la dependencia estaba cerrada, aseguró.

“De ahí fui a la Seccional Primera y expliqué la situación, pero me atendieron súper mal y no me querían tomar la denuncia, hasta que intercedió un conocido. Vivo con terror y parece que las autoridades no reaccionan. Lo único que quiero es justicia y rehacer mi vida. Ya sufrí demasiado y creo que me merezco vivir en paz”, subrayó.

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