Los cargos más graves recaen sobre los hermanos Diego y Gustavo Benegas y Jonathan y Diego Gutiérrez. Hoy entraron en contradicciones respecto a lo que declararon en la instrucción, lo que era de prever teniendo en cuenta el monto de las penas previstas. El debate continuará mañana desde las 8.30
Tras la suspensión del primer debate, el pasado 14 de mayo, este lunes se reanudó el juicio por el homicidio del vendedor de carnes Nicolás “Junior” D’Amico (35), perpetrado el 30 de octubre de 2015 en la carnicería La Rueda de Oberá.
Si bien son siete los imputados, los más comprometidos son Diego Benegas (40) y Jonathan “Yony” Gutiérrez (31), quienes están procesados por homicidio agravado por alevosía y premeditación, por lo que ya estuvieron detenidos hasta que se venció el plazo de la prisión preventiva. Ambos llegaron al juicio en libertad, aunque afrontan la pena de prisión perpetua.
Por su parte, los hermanos de los citados -Gustavo Benegas (37) y Diego Gutiérrez (34)- están acusados de encubrimiento agravado.
En tanto, Gustavo García (32) se halla imputado por encubrimiento agravado; mientras que el ex policía Guillermo Sebastián Rockenbach (37) y Guillermo Andrés Burkiewicz (36) fueron acusados por tenencia ilegal de arma de fuego y entrega de arma de fuego a quien no acredita la condición de legítimo usuario.
Este lunes, en la primera de las cinco audiencias previstas por el Tribunal Penal Uno de Oberá, declararon los hermanos Benegas y Gutiérrez, además de Burkiewicz.
Al menos por el momento, García y Rockenbach optaron por guardar silencio.
El debate continuará mañana, desde las 8.30, con la declaración de los primeros de los 44 testigos citados.
Nueva defensa
Vale recordar que la fecha inicial del debate fue pactada para el 14 de mayo, instancia en la que surgió una innegable traba jurídica derivó en la suspensión del debate y la reprogramación.
Ocurre que en un primer momento el defensor oficial Matías Olivera asumió el patrocinio de los hermanos Benegas y Gutiérrez, los cuales se acusaron entre sí y son los más implicados en el crimen.
Por ello, Olivera puso en evidencia que estaba defendiendo “intereses contrapuestos”, ya que “los hermanos Benegas y Gutiérrez se acusan entre sí y la defensa de todos es la misma, siendo eso incoherente. Si continuamos hasta podría incurrir en un delito”, subrayó.

Con criterio, se preguntó “qué confianza puedo tener si defiendo a los dos, pero uno de ellos está faltando a su honorabilidad”, al tiempo que subrayó: “La defensa en juicio es inviolable (…) llevar a cabo un juicio en estas condiciones sería injusto e ilegal”.
En consecuencia, el Tribunal hizo lugar al pedido y reprogramó el debate.
Respecto a la nueva defensa de los imputados, Olivera asiste a los Gutiérrez y los Benegas cuentan con el patrocinio de Yamile Soledad Scholles, defensor oficial de Alem.
Contradicciones
El juicio por el homicidio de D’Amico se realiza en el segundo piso del Palacio de Justicia de Oberá, predio elegido por una cuestión de espacio.
Con relación a la declaración de los imputados, Burkiewicz ratificó que le vendió un revólver calibre 22 a Diego Benegas, quien recibió el arma de manos de Rockenbach, aunque afirmó que nada sabía de las intenciones de cometer un crimen.
De todas formas, por el estado del cuerpo calcinado no se pudo corroborar si sufrió o no disparos.
Por su parte, tanto los Benegas como los Gutiérrez entraron en contradicciones respecto a lo que declararon en la instrucción, lo que era de prever teniendo en cuenta el monto de las penas previstas.
Tras ser asesinado en la carnicería ubicada sobre avenida De las Américas y Salto Sokalski, el cadáver de D’Amico fue colocado en el baúl del auto de la víctima, el cual fue trasladado e incendiado en colonia El Chatón, Leandro N. Alem, a 20 kilómetros de Oberá.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.