“Pagaban mucha coima para entrar la carne porque traían mucho más de lo que decían. Vendían mucho en negro”, expresó María Alejandra Abrantes, ex esposa de la víctima. Por su parte, el empresario Hugo Cabral se desligó del hecho: “No le conozco al finado. Jamás tuve trato con él”
La tercera jornada del juicio oral por el homicidio del cobrador de carne Nicolás “Junior” D’Amico (35) tuvo dos actores centrales: María Alejandra Abrantes (46), la ex esposa de la víctima, y el empresario Hugo Cabral (65), propietario de la carnicería donde se perpetró el crimen, aunque al momento del hecho le alquilaba dicho local a Diego Benegas (40), uno de los principales imputados.
Este miércoles, ante el Tribunal Penal Uno de Oberá, Abrantes siguió la línea de la querella respecto a la presunta participación de Cabral, quien a su vez se desligó del caso y aseguró que no tenía trato con D’Amico.
La víctima fue asesinada el 30 de octubre del 2015 en la carnicería La Rueda de Oberá. Luego el cadáver fue colocado en el baúl del Volkswagen Bora que conducía y el vehículo fue desechado y quemado en paraje el Chatón, en las afueras de la ciudad de Alem.
“Hablé con él el jueves (29 de octubre) por la tarde y me dijo que el fin de semana no iría a Lobos (donde vivía) porque tenía que cobrar una cuenta en la carnicería La Rueda, que yo sabía que era de Cabral. Al otro día me enteré por una amiga de lo que había pasado”, comentó Abrantes.
Y agregó que “después un allegado me dijo que el crimen estaba ligado a la mafia de la carne (…) Pagaban mucha coima para entrar la carne porque traían mucho más de lo que decían. Vendían mucho en negro”.
“Compraban carne de buena y mala calidad; la de mala la lavaban para sacarle el olor, la frizaban y la traían”, aseguró la testigo.
Presunto móvil
D’Amico cobraba la carne proveniente del frigorífico de Enrique Conti, de Lobos, provincia de Buenos Aires. Precisamente, la figura de Conti también es cuestionada por la querella y para hoy estaba citado como testigo, aunque no se presentó.
Sobre la deuda de la carnicería La Rueda, Abrantes indicó que su ex le dijo que “la deuda era de Cabral”, aunque Diego Benegas figuraba como dueño.
En un momento se dirigió a los implicados: “Dicen que no son asesinos, pero a Junior lo tenemos en el cementerio. Se quieren hacer pasar por víctimas. Pero acá las víctimas son cuatro: primero Junior, y después sus tres hijos. Lo quieren hacer pasar por una mala persona que los amenazaba con su familia, pero Junior amaba la vida en familia”.

También se preguntó “si alguien te amenaza, los vas a invitar a un asado como hicieron ellos”, y agregó: “Creo que ese día estaba Cabral. Lo organizaron entre todos”.
Según Abrantes, de la planificación también habría intervenido Conti y el móvil del crimen habría sido “por la carne en negro”, aunque en el expediente consta que Diego Benegas le debía plata al frigorífico para el cual trabajaba la víctima.
Asimismo, insistió con que “Junior conocía a Cabral, iban juntos a las carreras y viajaron juntos a Buenos Aires”.
Cabral se defendió
Por su parte, el empresario de la carne Hugo Cabral se presentó como jubilado y afirmó: “No le conozco al finado. Jamás tuve trato con él. Jamás le vi. Para ser sincero, una vez le vi. Esa es mi verdad”.
Además, hizo hincapié en que “Diego Benegas estaba a cargo de la carnicería, yo se la había alquilado. Él era el responsable y la habilitación estaba a su nombre”.
Ante la pregunta del querellante Claudio Katiz sobre si conocía a la víctima, Cabral precisó: “Una vez entré a la carnicería, saludé y nada más. Estaba con Diego Benegas (…) La cajera me dijo que era D’Amico”.

En tanto, negó haberle transferido una camioneta a Benegas en 2017, cuando estaba detenido por el hecho. Negó haber compartido actividades recreativas y viajes con D’Amico. Tampoco conoce a Enrique Conti, aseguró.
Katiz le preguntó a Cabral si es el padre biológico de Diego Benegas, lo que también desmintió el testigo.
El debate continuará mañana con los alegatos, mientras que la sentencia está prevista para el viernes.
Siete imputados
Por el hecho están siendo juzgados siete hombres. Los más comprometidos son Diego Benegas (40) y Jonathan “Yony” Gutiérrez (31), acusados de homicidio agravado por alevosía y premeditación, por lo que ya estuvieron detenidos hasta que se venció el plazo de la prisión preventiva. Llegaron al juicio en libertad.
Por su parte, Gustavo Benegas (37) y Diego Gutiérrez (34) -hermanos de los primeros- están acusados de encubrimiento agravado.
Gustavo García (32) se halla imputado por encubrimiento agravado; mientras que el ex policía Guillermo Sebastián Rockenbach (37) y Guillermo Andrés Burkiewicz (36) fueron acusados por tenencia ilegal de arma de fuego y entrega de arma de fuego a quien no acredita la condición de legítimo usuario.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.