Sin bien el jueves pasado se concretó el desafuero del diputado provincial Germán Kiczka, ya 48 horas antes se había ordenado su captura. ¿Por qué la Policía no implementó un operativo de seguimiento? ¿Fue sólo negligencia? Se les escapó la tortuga para otro papelón nacional
El pasado 3 de julio, efectivos de Gendarmería Nacional y Policía de Misiones allanaron un departamento de barrio Gunther de Oberá donde residía un estudiante de la Facultad de Ingeniería, quien ese mismo día quedó detenido por tenencia y distribución de imágenes de abuso infantil. Un procedimiento efectivo y contundente, ya que además de la captura también se encontraron pruebas contra el sospechoso.
Así suelen actuar la justicia y las fuerzas de seguridad cuando se trata de ciudadanos “comunes”, en el caso citado un joven de 20 años. Todo el rigor de la ley para la gente de a pie, como se dice.
Pero sabe y sobran ejemplos, que la cosa es muy diferente cuando se trata de personas con dinero, contactos, hijos de, funcionarios o políticos. Sin ir más lejos, desde hace varios días los medios le dan amplia cobertura al caso de los hermanos Kiczka: el diputado provincial Germán y su hermano Sebastián, imputados por tenencia y distribución de materiales de explotación sexual a niños. O sea, el mismo delito que el sindicado al estudiante de Ingeniería.

Y en este punto cobra relevancia la “doble vara” que exhibió la Policía de Misiones para manejar uno y otro caso, porque se sabe que el diputado y su hermano están prófugos desde hace varios días.
La investigación comenzó en febrero con el allanamiento de la casa de Sebastián Kiczka y el secuestro de computadora y celulares, pero los dispositivos se abrieron en mayo y encontraron elementos que implicaron al diputado, además de su hermano. Los detalles son aberrantes, propios de mentes perversas.
Por ello, el 6 de agosto allanaron la casa del legislador provincial y ya el martes pasado se ordenó su detención, aunque primero debía resolverse su desafuero, lo que se concretó el jueves. Para eso los hermanos Kiczka ya se habían escapado.
En ese contexto, la primera pregunta que surge es: ¿por qué la Policía no implementó un operativo para seguir los pasos del diputado si había una orden de detención vigente? Después: ¿fue sólo negligencia? Y eso que se trata de un legislador de la oposición.
Ahora dicen que lo están buscando, pero pasó casi una semana de la orden de detención y se sabe que la frontera de Misiones ofrece enormes facilidades para cruzar a Brasil o Paraguay sin problemas, y con algo de recursos y contactos… olvídate.
A la Policía de Misiones, otra vez, se le escapó la tortuga y es un papelón de alcance nacional.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.