Antonio “Toñy” Ledesma fue asesinado el 24 de septiembre de 2022 en el barrio Oeste de Campo Viera. El joven tenía 20 años y fue ultimado de un disparo en el abdomen. Son cuatro los imputados por homicidio en riña, carátula cuestionada por la familia de la víctima
“Espero que haya justicia. Así por lo menos estaré un poco más tranquila porque los culpables van a pagar, aunque sea un poco por lo que hicieron, porque no es justo que los asesinos anden sueltos como si nada mientras mataron a mi hijo y destruyeron una familia”, reflexionó Norma Macena al cumplirse el segundo aniversario del homicidio de su hijo Antonio “Toñy” Ledesma (20), ultimado de un balazo en el abdomen.
El hecho se registró en la tarde del 24 de septiembre de 2022 en el barrio Oeste de la localidad de Campo Viera.
Desde un primer momento, varios testigos declararon que la víctima estaba con amigos en la vereda cuando fueron atacados a tiros por un grupo de personas que transitaban a bordo de un Chevrolet Vectra.
Fue así que casi de inmediato los agresores fueron identificados y la causa llegó a tener siete detenidos, aunque con el correr de la investigación la acusación decantó en cuatro: Brígido M. (50), sus hijos Leandro (20) y Mauricio (18) M., y su yerno Kevin C. (22).
El juez de Instrucción Uno de Oberá, Pedro Piriz, los imputó por “homicidio agravado por uso de arma de fuego y participación de un menor”.
Sin embargo, avanzada la instrucción, el fiscal Elías Bys solicitó el cambio de carátula a “homicidio en riña”, lo que prosperó y en abril del año pasado derivó en la excarcelación de los cuatro implicados, aunque todos siguen ligados al expediente y serán juzgados en debate oral y público.
Dolor y reclamo
Contrario a la opinión del juzgado que lleva el expediente, la familia de la víctima rechaza la versión de la riña e insisten en fue víctima de una patota.
“No es así como dice el fiscal. Es una tremenda mentira que mi hijo murió en una pelea. Mi hijo estaba con sus amigos y los otros los atacaron a tiros. Esperábamos que la justicia actué bien, pero parece que están del lado de los asesinos”, subrayó Macena.
Antonio Ledesma padre tampoco ocultó su malestar: “El fiscal nos falta el respeto al decir que no admite que fue un asesinato porque los testigos relatan una ficción de una película de mafiosos, siendo que a mi hijo lo asesinaron de un tiro en la panza. Es una vergüenza”.
El progenitor del joven asesinado mencionó que en el pedido de cambio de carátula el fiscal Bys describió como “ficción” el aporte de los testigos presentados por la querella.
Como contrapartida, insistió con que “hay filmaciones entregadas al juzgado en las que se ve cuando llega la banda, todos armados y disparando. Y gracias a Dios no mataron a más personas”.
“A mi hijo no lo mataron en una riña. Él y sus amigos estaban festejando el pase a la final del campeonato de fútbol que jugaban y los asesinos pasaron provocando, se armaron y volvieron”, remarcó Ledesma.
Incluso, fue más allá y aseguró que “los asesinos de mi hijo tienen antecedentes y me hago cargo de lo que digo: venden drogas en el barrio. Muchos vecinos saben, pero están amenazados por ellos”.
Testigo del hecho
En abril del año pasado, tras la excarcelación de los imputados, la familia y amigos de Toñy Ledesma se manifestaron frente al Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, ocasión en la que fueron recibidos por el juez Piriz. Luego de la reunión, los padres del joven asesinado expresaron su desconsuelo y disconformidad con los argumentos esgrimidos.
“Dijo que la ley los obligó a cambiar de carátula porque no pudieron identificar al autor del disparo que mató a mi hijo, pero son excusas porque hay videos del ataque y testigos que no solo vieron quién disparó, sino que declararon e incluso lo identificaron, pero esos testimonios fueron desestimados”, indicó Ledesma.
Quebrado por la angustia, expresó “es una injusticia porque mataron a mi hijo y los asesinos están todos libres, entonces cómo confiar en la justicia”.
Por su parte, Macena insistió con la versión del ataque y mencionó que fue testigo del mismo, lo que relató en sede policial.
“Yo estuve en el lugar de los hechos y declaré. Mi hijo y los amigos se defendieron. A mí me rozaron las balas y mi hijo alcanzó a decirme ‘mami, corra para la casa’. Fue un ataque salvaje, no fue una riña como dice el fiscal”, remarcó apesadumbrada.
También insistió con que “si los otros estaban armados y mi hijo murió de un tiro en la panza, no hace falta tener estudio ni ser muy inteligente para darse cuenta de que no fue una pelea. Fue un asesinato”.
Sobre el día del hecho, contó que su hijo estaba con amigos tomando una cerveza cuando algunos de los acusados pasaron en moto, insultando y amenazando.
En un momento le avisaron de la situación, fue hacia la esquina y vio a los agresores que se acercaban disparando.
“Les grité que iban a matar a alguien; le digo a mi hijo para ir a casa, él me dice que corra e intentó cubrirse con un árbol, pero no fue suficiente porque era una lluvia de balas”, recordó.
Los autores probados
Desde un primer momento los testigos apuntaron la responsabilidad del homicidio hacia los imputados, por lo que no existen dudas sobre la autoría del hecho, sí de las circunstancias.
El cotejo de los testimonios corrobora que los cuatro se movilizaban en el Chevrolet Vectra, dominio JHQ033, propiedad Brígido M., mientras que sus hijos Leandro y Mauricio descendieron del auto portando armas de fuego y dispararon contra el grupo que integraba Ledesma.
En tanto, el cambio de carátula se basó en el relato de los acusados y de algunos testigos.
Al respecto, en su indagatoria Brígido M. declaró que “estaba mirando el partido de River cuando me llamaron para decirme que mi gurisada estaba en una pelea. Fui para ver y era un revoleó de piedras, pero no vi que mi gurisada tenía armas”.
Ya en el lugar trató de calmar los ánimos y logró retener a Mauricio, su hijo menor, quien después se dio a la fuga. También mencionó que llegó antes que la Policía, a pesar que varios vecinos habrían alertado a las autoridades sobre el descontrol en barrio Oeste.
Brígido M., conocido comerciante y contratista de yerba de Campo Viera, insistió en que no vio que sus hijos hayan estado armados. Siempre según su declaración, tampoco sabía que Ledesma quedó herido de muerte.
Es decir, el progenitor se desligó del hecho, aunque sí reconoció que sus hijos participaron de una supuesta pelea y fue a buscarlos.
Leandro y Mauricio M. fueron detenidos cuatro días más tarde en colonia Oasis cuando pretendían escapar al Paraguay cruzando el río Paraná, según informó la Policía oportunamente.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.