Entrevista a Guido Fischer: psicólogo, sexólogo y educador sexual obereño. Explicó sobre trastornos que generan satisfacción sexual e implican un delito. “Estas personas lo hacen porque no lo pueden manejar y lo van a buscar siempre, porque es la única manera en que encuentran placer sexual”, explicó. La importancia de la Educación Sexual Integral en prevención
Un joven de 20 años, estudiante de la Faculta de Ingeniería de Oberá con buenas calificaciones, fue detenido en julio acusado de traficar con material de abuso sexual infantil. En su poder hallaron más de 4000 archivos, prueba que lo comprometió seriamente.
Nadie en el entorno del implicado sospechaba de sus actividades. Casos similares de replican en diferentes puntos de la provincia y ponen a la comunidad en alerta máxima respecto al avance de Material de Abuso Sexual Infantil (MASI).
En su condición de psicólogo, sexólogo y educador sexual, además de integrante de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, el obereño Guido Fischer es una voz autorizada para echar luz sobre un tema tan complejo y de necesario abordaje.
El reconocido profesional explicó que este tipo de prácticas se califican como parafilias, trastornos que generan satisfacción sexual e implican un delito.
“Estas personas lo hacen porque no lo pueden manejar y lo van a buscar siempre, porque es la única manera en que encuentran placer sexual”, explicó Fischer.
En tanto, subrayó que “quienes tienen una parafilia de este tipo, no se curan. Eso no tiene cura”, al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de afianzar la Educación Sexual Integral (ESI) en todos los niveles educativos.
“Es muy importante que estos temas se difundan más porque no hay una buena educación sexual aplicada a estas patologías”, opinó.
¿Cómo califica la ciencia médica a las personas que consumen material de abuso sexual infantil?
Las personas que incurren en estas prácticas tienen un diagnóstico. Podría ser una parafilia, aquellos que únicamente consumen el producto; pero si lo pone en práctica, pasa al trastorno parafílico y también puede relacionarse con otro diagnóstico como una psicopatía, donde muchas veces los psicópatas incluyen el consumo de pornografía infantil o abusan de menores. Por eso es importante hacer un buen diagnóstico. Conocí casos de fueron diagnosticados como parafílicos porque cometieron abuso, pero en realidad no estaban bien diagnosticados y después, cuando cumplían la condena, incurrían en otras prácticas a otro nivel, más graves. Por eso la importancia del buen diagnóstico.
¿Son conscientes de lo que hacen está mal y es un delito?
En general, sí son conscientes de lo que hacen y que es un delito, pero su patología hace que no les importe para nada que están infringiendo la ley. Hay algunos casos de parafilias, como pedófilos, que quieren abusar de menores; algunos son conscientes, pero igual priorizan su propio placer. Las parafilias son absolutamente recurrentes y no están sujetas a la voluntad de la persona. Las personas lo hacen porque no lo pueden manejar y lo van a buscar siempre, porque es la única manera en que encuentran placer sexual. Entonces es un problema muy complicado y causa todo tipo de daño.
¿Tienen cura o tratamiento para lo que hacen?
Quienes tienen una parafilia de este tipo, no se curan. Eso no tiene cura. Como tampoco el otro grupo de la psicopatía. Pero hay muchos casos de parafilias donde hay tratamiento con el fin de controlar la patología, según el grado que tenga. Algunos con tratamiento permanente logran controlar su problema, pero nunca van a dejar de lado su parafilia porque tienen ese deseo sexual particular. No hay cura, pero sí hay tratamiento para estabilizar a ciertas personas que tienen este problema.
¿Qué puede hacer el estado para prevenir el accionar de estas personas?
Si hay algo que es fundamental y lo más importante, es volver a hacer mucho hincapié en la Educación Sexual Integral (ESI), que pasó a la acción en 2008 y hasta el día de hoy tenemos muchos problemas para que se implante en todos los niveles educativos. Habría que promocionarlo mucho en todos los grupos etarios, no sólo en los chicos, para que todos tengan conocimiento de los límites. La ESI no es que va a curar a alguien que tiene una parafilia o un diagnóstico que genera estos delitos, pero es muy importante para que el resto de la población esté atenta para cuidarse. Por ejemplo, cuando se detecta que alguien está haciendo alguna parafilia va y lo expone, hace una denuncia o le pone un límite. Ese es un lado muy positivo que tiene la ESI. La ley exige que esté en todos los niveles educativos, desde el Nivel Inicial. Los chicos se forman con mucha claridad y están muy atentos a cuando alguien porta una parafilia.
¿Por qué cuesta tanto implementar la ESI?
En la comunidad sigue habiendo prejuicios respecto a la educación sexual, pero debería ser todo lo contrario porque es lo que genera un nivel de prevención muy importante en todo lo que tiene que ver con los abusos sexuales en general. La educación sexual apunta a que las personas tengan más conocimiento para poner límite al abuso. Es muy importante que estos temas se difundan más porque no hay una buena educación sexual aplicada a estas patologías.
¿Se puede definir qué es la sexualidad normal?
La sexualidad normal es por la cual se disfruta de la sexualidad, pero siempre está dirigida a la misma especie, que aceptan límites culturales y es fundamental que no provoque malestares ni para sí ni para otros ni incluya elementos dañinos. Contrario a ello, la parafilia está considerada una sexualidad absolutamente patológica y, en general, bordea la ilegalidad porque abusan del derecho de otras personas. Quien posee una parafilia disfruta lo que hace, pero es un acto delictivo y que genera muchos problemas a quienes están en su entorno.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.