En catorce años como policía, Alfredo Parra acumula por lo menos seis sumarios internos y 265 días de arresto. Cuando asistía a la Escuela de Policía fue detenido manejando borracho. En los años posteriores deambuló por diferentes puntos de la provincia y fue varias veces objeto de sumarios y causas penales, incluida una por muerte dudosa
El pasado 30 de agosto, el sargento de la Policía de Misiones Alfredo Antonio Parra (35) protagonizó un grave siniestro vial al chocar de atrás a una moto con dos personas, a las cuales abandonó malheridas y, como si todo eso fuera poco, al llegar a su casa simuló un robo y quemó su propia camioneta.
Pero su maniobra resultó tan grosera, que a las pocas horas el juez de Instrucción Dos de Oberá, Horacio Alarcón, dispuso la detención del policía por contar suficientes pruebas que lo vinculan con el choque y el daño ocasionado a los heridos.
Por el hecho permaneció 20 días detenido y para recuperar la libertad tuvo que pagar una fianza de 5 millones de pesos. En paralelo, por la gravedad del caso la Jefatura de Policía dispuso la disponibilidad y fue apartado de funciones en la fuerza, al menos hasta que se resuelva la cuestión penal.
Pero lejos está de haber sido el primer episodio donde Parra se vio implicado y tuvo sanciones administrativas, ya que incluso cuando estudiaba en la Escuela de Policía -en 2010- fue sumariado por conducir en estado de ebriedad y cochar a un agente.
En los años posteriores deambuló por diferentes puntos de la provincia y fue varias veces objeto de sumarios y causas penales. Protagonizó varios siniestros viales conduciendo alcoholizado y hasta se descubrió que sacó licencia médica porque no podía trabajar, pero resultó que salía de fiesta.
En tanto, en 2015 fue implicado en la muerte dudosa de Julio Lloret (25), en Guaraní, junto a otros policías.
Abonado al arresto
Este medio accedió al detalle de las sanciones que el sargento Parra acumuló durante 14 años de servicio y el dato es impresionante, ya que en su legajo se cuentan “265 días de arresto” y por lo menos seis sumarios administrativos, sin contar las causas penales.
Si bien años atrás el arresto de cumplía de manera efectiva como sanción, actualmente se aplica como medida disciplinaria, se apunta en la foja de servicio y afecta la posibilidad de ascenso, pero sin la detención efectiva.
Según el detalle de las sanciones recibidas, en el 2010, cuando aún cursaba en el Instituto Superior de Formación Técnica Profesional (Isfotep), fue demorado en Jardín América por conducir borracho e intentar embestir a un agente de Policía que realizaba recorridas.
Al año siguiente, cuando prestaba servicio en Capioví, despistó abordo de una moto, también alcoholizado.
Ya en 2013 se encontraba en Puerto Rico haciendo servicio de custodia de una oficina y al otro día se constaron daños en el local, aunque el citado no escuchó nada. Se supone que dormía.
En 2015, Asuntos Internos le inició un sumario por la muerte dudosa de Antonio Lloret en Guaraní, ya que la víctima padeció fractura de cráneo y horas antes había sido demorado por la Policía.
Luego, en 2018, escapó de un control vial a bordo de su coche, pero supieron que era policía porque dejó sus documentos en el lugar.
El 2022, cumpliendo servicio en la Seccional Primera de Oberá, llegó a trabajar muy lastimado porque había sufrido un accidente vial. El mismo año fue sancionado porque mientras se encontraba de licencia médica seguía asistiendo a eventos sociales.
Actualmente, se encuentra apartado del servicio por el hecho registrado en Villa Bonita.
Choque, fuga y falso asalto
El pasado 30 de agosto, Parra compartió un extenso almuerzo con camaradas en Villa Bonita. Alrededor de las 19.30 emprendió el regresó a Oberá en su camioneta Toyota Hilux blanca con rayas negras.
En tanto, a la altura del kilómetro 70 de la ruta provincial 103 chocó desde atrás a una moto marca Keller que era conducida por Elías Álvez Da Silva (39), quien iba acompañado por Adriana B. (21).
El primer indició fue aportado por testigos que contaron que la moto fue impactada por una Hilux blanca con franjas oscuras en ambos laterales, cuyo conductor se dio a la fuga hacia Oberá.
Como si eso fuera poco, al llegar a su casa el policía efectuó unos disparos en el lugar para simular un asalto y luego condujo media cuadra para chocar su camioneta contra un poste e incendiarla. Así buscaba zafar de la responsabilidad del primer hecho.
Enseguida denunció el supuesto asalto, una comisión policial llegó a su domicilio y no tardaron en atar los cabos que lo ligaban al choque de la moto.
Ante lo poco creíble de la versión de Parra, el aporte de testigos del siniestro vial y el grado de alcohol en sangre, el juez Horacio Alarcón dispuso la detención y el secuestro de su teléfono celular, ya que consideró que existen pruebas suficientes para presumir que habría participado del accidente vial, que luego abandonó a las víctimas e incendió su vehículo para intentar ocultar pruebas. En síntesis, todo lo que un policía no debería hacer.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.