Dolor y reclamo al sistema de salud de Oberá tras la muerte de un nene de 12 años

“Siento mucho dolor y bronca, y sé que no me van a devolver la vida de mi hijo, pero no quiero que otra madre pase por lo mismo que yo”, subrayó Carla Duarte. Su hijo Alan fue atendido en el Hospital Samic de Oberá y en una clínica privada, lo medicaron y mandaron a la casa. Ya muy grave fue trasladado a Posadas, donde murió

El dolor y la impotencia entrecortan la voz de Carla Duarte, quien el pasado 21 de octubre perdió a su hijo Alan, de 12 años, quien falleció tras permanecer 21 días internado en terapia intensiva del Hospital de Pediatría de Posadas, adonde llegó derivado desde el Hospital Samic de Oberá.

El niño -que este 12 de noviembre estaría de cumpleaños- tenía síndrome de Down, aunque llevaba una vida normal. Según su mamá, el 25 de septiembre comenzó con síntomas de gripe, sin fiebre y mucho desgano.

“Como no mejoraba, el viernes 27 lo llevé a la guardia del Hospital Samic y una enfermera le miró y dijo que no era una urgencia, que lo anote para consulta. A él ya le costaba caminar, estaba débil, se hizo encima y vomitó. Tuve que pedir que me lleven ropa para cambiarlo en el Hospital. Esperamos tres horas hasta que lo vio el pediatra que le revisó y dijo que tenía inflamada la angina, le dio un antibiótico y volvimos a casa”, precisó en diálogo con este medio.

Carla contó que Alan pasó todo el fin de semana muy decaído, por lo que el lunes optó por llevaron a una clínica privada, donde lo vio un médico y repitió lo de la angina.

“Al otro día casi no se levantó, sólo quería dormir y él no era así”, preció la mamá.

Sin consuelo

En ese contexto, contó que “volvimos a llevarlo a la guardia del Hospital y ahí sí se preocuparon, le colocaron oxígeno y lo internaron. Una médica me dijo que estaba muy mal y el miércoles de madrugada lo derivaron a Posadas. Estuvo unas horas en terapia intermedia y después 21 días en terapia intensiva, donde falleció”.

Mencionó que los médicos le explicaron que una bacteria complicó aún más el cuadro del nene, que llegó muy deteriorado a Posadas.

“Siento mucho dolor y bronca, y sé que no me van a devolver la vida de mi hijo, pero no quiero que otra madre pase por lo mismo que yo. Si los médicos de Oberá lo hubieran evaluado mejor o hecho una placa, capaz hoy lo tendría conmigo. Esto no puede seguir pasando. En esos días que estuvimos en Posadas vimos muchos pacientes derivados de Oberá, algunos salieron y otros no”, lamentó.

En tanto, anticipó que junto a su esposo analizan radicar una denuncia penal por presunta mala praxis médica.

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