Mientras los responsables de la maniobra que se cobró unos mil millones de pesos siguen sin dar señales de vida, los damnificados tampoco hicieron denuncias. Chocan con la dificultad para probar el delito, ya que toda la maniobra fue informal, como también justificar el origen del dinero invertido
Hace una semana, las redes sociales y varios medios de la provincia alertaban sobre la supuesta desaparición de una familia que viajó a las playas de Brasil y desde hacía un par de días no daban señales de vida. La noticia corrió rápidamente y generó innumerables muestras de solidaridad y preocupación.
Pero resulta que no estaban desaparecidos, sino que en realidad escaparon al vecino país porque pergeñaron una mega estafa, le deben plata a mucha gente y fueron amenazados de muerte, como declaró un familiar en la comisaría de Alba Posse.
Según estimaciones, la maniobra diseñada por Luciano Durks (21) y Jordi Poje (24) -quienes son hermanos por parte de madre- rondaría los mil millones de pesos con víctimas en Alba Posse, Santa Rita y otras localidades del Alto Uruguay de Misiones.
Básicamente, la estafa se apoyó en la promesa de una ganancia del 20% en la inversión inicial, incluso a las 48 horas de poner la plata, lo que sedujo a muchos.
Junto a los citados, también desaparecieron su madre Karina Benedix (45), su hermana Luisiana Durks (18) y Luis Durks, el papá de Luciano.
A esta altura, no habría dudas de que los hermanos fueron los “cerebros” del delito que pegó un sacudón a empresarios, comerciantes, amas de casa, empleados y hasta policías de la zona.
De todas formas, si bien por el momento no hay certezas sobre la presunta responsabilidad en la maniobra de los demás nombrados, por el alcance de la misma, la cantidad de afectados y las posibles consecuencias, habrían tomado la decisión de fugarse todos.
“Nadie quiere poner el gancho”
Tal como se infirmó, la primera alerta la dio un empresario de la zona que publicó por redes sociales la preocupación por una supuesta familia desaparecida en Brasil.
El caso generó preocupación, como es habitual, aunque no habría sido más que una primera exposición mediática de los estafadores, ya que el citado empresario también fue víctima y estaba al tanto de la fuga.
Sobre Poje, se sabe que años atrás ingresó a las filas del Ejército Argentino, pero luego optó por Prefectura Naval, donde todavía cumplía funciones y tras la fuga se lo considera desertor.
En tanto, el viernes de la semana pasada un hermano de Karina Benedix se presentó en la comisaría de Alba Posse y dejó asentado que sus familiares fueron amenazados de muerte por la gente que les dio plata, por lo que escaparon a Brasil.
De todas formas, si bien en un primer momento un par de damnificados se contactaron con un abogado para formalizar una denuncia, con el correr de los días dicha posibilidad habría sido desestimada por dos razones principales: la dificultad para probar el delito, ya que toda la maniobra fue informal, como también justificar el origen del dinero invertido.
“Pasa que es plata en negro y nadie quiere poner el gancho (en la denuncia) porque van a tener que dar explicaciones de dónde sacaron esos montos. Entonces, seguro que va quedar todo así nomás. También hay gente que ahora le da vergüenza la manera en que fueron engañados y no quieren exponerse. Es gente que perdió 30, 50, 80 millones de pesos”, comentó un letrado.
También es cierto que difícilmente los implicados regresen a la zona, donde muchas veces los conflictos se resuelven por fuera de la ley… y lo saben.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
