El video aportado por una víctima siembra terror: de fondo se escucha el llanto desconsolado de la hija de ambos, una pequeña de 4 años que le ruega a su padre que deje de golpear a su mamá. “Denunciame, denunciame y vas a ver qué te va pasar”, grita el sargento Alex Emanuel Unizoni
Un video aportado por la víctima a la Comisaría de la Mujer de Oberá, describe toda la brutalidad del sargento de la Policía de Misiones Alex Emanuel Unizoni (36), quien permanece detenido por una serie de denuncias en su contra. Está acusado de lesiones y amenazas en perjuicio de dos ex parejas.
Precisamente, una de ellas aportó un video que logró grabar con su propio celular durante un episodio de extrema violencia registrado en marzo, donde el imputado la golpeó en el rostro, la cabaza y otras partes del cuerpo.
De fondo se escucha el llanto desconsolado de la hija de ambos, una pequeña de 4 años que le ruega a su padre que deje de golpear a su mamá, mientras que la mujer trata de calmarla diciendo que está bien.
Por su parte, el policía retiene contra su voluntad a la chiquita, que pide para ir con su madre. A su vez, Unizoni grita amenazante: “Denunciame, denunciame y vas a ver qué te va pasar”.
En diálogo con este medio, N. P. (28) contó que “siempre me decía que él era intocable, que la justicia no le iba hacer nada y que se iba a quedar con nuestra hija. ‘Me denuncias y perdés todo. La justicia nunca me va a tocar’, me repetía”.
En tanto, reconoció: “No lo denuncié antes porque tenía mucho miedo por la impunidad con que se manejaba. Él trabajó mucho antes en la División Investigaciones y repetía que era intocable. Literalmente, es de terror lo que este tipo hizo durante muchos años”.

Vivir con miedo
Si bien N. P. denunció a Unizoni el pasado 24 de febrero, el policía no fue detenido por ese hecho. Recién fue capturado después de lastimar a una segunda víctima, V. G. (40), a la cual golpeó y amenazó.
Por ese hecho estuvo detenido apenas 12 días. Así, el 16 de abril recuperó la libertad; pero el 22 de abril volvió a ser aprehendido por desobediencia judicial, ya que violó la prohibición de acercamiento vigente hacia sus víctimas. Fue alojado en la comisaría de Villa Bonita, Campo Ramón.
Según la denuncia radicada por N. P. ante la Comisaría de la Mujer de Oberá, el 19 de abril (a tres días de haber recuperado la libertad) el policía persiguió a su ex cuando se movilizada por avenida Libertad.
En sede policial, la víctima relató el calvario que padeció durante la relación con Unizoni, al tiempo que solicitó una orden de restricción para la hija de ambos porque la pequeña no quiere ver a su progenitor. También solicitó un botón antipánico y subrayó que vive aterrorizada.
Precisó que el 19 de abril se detuvo en el semáforo Libertad y Misiones y del otro lado de la avenida vio a su ex, quien giró en U para seguirla durante varias cuadras. Logró evadirlo al doblar de manera repentina en avenida Andresito.
“Me siguió varias cuadras con total impunidad y tengo mucho miedo por lo que pueda hacerme, porque ya demostró de lo que es capaz”, dejó asentado.
Este martes, en tanto, se mostró preocupada por la demora judicial, ya que aseguró que aún no fue notificada ni citada para ratificar su denuncia.
Temor latente
En paralelo a las denuncias penales de sus ex, el sospechoso fue separado de funciones, le quitaron el arma reglamentaria y afronta un sumario interno.
Por su parte, V. G. ya efectuó tres ampliaciones de denuncia tras la agresión física y las amenazas que padeció el pasado 2 de abril.
La causa que se tramita ante el Juzgado de Instrucción Dos, está caratulada “lesiones agravadas por violencia de género y amenazas”.
Al respecto, un allegado a la mujer mencionó que antes de ser excarcelado Unizoni habría mentido sobre su lugar de residencia, ya que fijó domicilio en casa de una tía en una chacra de Los Helechos, cuando en realidad vive con su madre, justo frente al colegio donde su ex da clases, lo que pone en riesgo la integridad física de la víctima.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.