Carlos Alberto Figueroa volvió a ser detenido por la denuncia de una mujer a la que estafó. Para colmo, cuando la víctima le dijo que iría a la comisaría, el sinvergüenza se rio en su cara y le dijo: “Vayan a la policía, total entro y salgo cuando quiero”. Detalles de su prontuario en Oberá. “Llegó a mentir que nuestra hija tenía leucemia”, contó su ex
Las víctimas de Carlos Alberto Figueroa (42) son más de cien, según las denuncias radicadas en las comisarías de Oberá en los últimos años, pero el tipo sigue entrenado y saliendo como si nada. La última vez, por fin, estuvo cuatro meses detenido por una serie de denuncias de estafas y hurtos.
Pero anoche volvió a ser capturado por la denuncia de una mujer a la que engañó. Para colmo, cuando la víctima le dijo iría a la comisaría, el sinvergüenza se rio en su cara y le dijo: “Vayan a la policía, total entro y salgo cuando quiero”.
La nueva detención se dio tras la denuncia de C. W. (30), la cual desconocía los antecedentes de Figueroa, quien la contactó por Facebook y se ofreció para pulir los plásticos de su moto.
La propietaria cayó en la trampa y llevó el rodado hasta el lavadero de Alfredo Palacios y Picada Vieja, al tiempo que le entregó un anticipó de 50 mil pesos por transferencia. La promesa era que el lunes estaría listo el trabajo. Pero llegó la fecha y nada.
Así, la dueña insistió varias veces para le entregue la moto, lo que recién se concretó este miércoles, cuando la denunciante constató que el delincuente le había cambiado los plásticos que debía pulir y le cambió la batería.
Vale recordad que el pasado 27 de febrero, Figueroa fue excarcelado tras permanecer preso durante cuatro meses por diferentes hechos. Fue entonces que se instaló en una propiedad de Alfredo Palacios y Picada Vieja, donde funciona un lavadero e improvisó un supuesto taller para hacer de las suyas.

Antecedentes
El accionar delictivo de Figueroa no deja de sorprender por el abanico de modalidades que despliega para estafar a las personas.
Por ejemplo, en agosto del año pasado Edgardo M. (59) relató que llegó al taller donde estaba Figueroa con la intención de reparar una pieza de una machimbradora, para lo cual le hizo una primera entrega de 60.000 pesos, a lo que días más tarde sumó 140.000 que supuestamente servirían para cubrir el total de la reparación.
Pero Figueroa puso mil excusas y no arregló la herramienta. Aunque esa no fue la única maniobra fraudulenta contra el colono, quien previamente y sin conocer los antecedentes del falso mecánico le entregó 100.000 pesos por cuatro gomas que nunca aparecieron.
Además, como si lo anteriormente descripto fuera poco, le había dejado su Renault Kangoo para reparar y le dio 120.000 pesos para materiales y mano de obra. De más está decir que tampoco arregló el vehículo, según denunció el damnificado.
Modus operandi
El detalle del accionar delictivo de Figueroa indica que suele hacerse pasar por mecánico y aprovecha para desmantelar los vehículos que le entregan, también contrae cuentas que nunca paga y aprovecha el mínimo descuido para engañar a la gente.
Entre fines de septiembre y principios de octubre del año pasado la policía volvió a recepcionar varias denuncias en su contra y terminó detenido por una serie de hurtos y estafas en perjuicio de personas que le confiaron sus coches para reparar, le hicieron pagos por adelantado y después desapareció.
Por ejemplo, recibió neumáticos en préstamo que no devolvió porque los entregó como pago de una deuda; adquirió herramientas que nunca pagó y hasta se quedó con el celular de una clienta.
Incluso lo denunció el propietario del taller donde tenía su fachada -ubicado en calle Isla Soledad y Georgias del Sur-, quien declaró que le permitió que viva y cuide el lugar mientras estaba de viaje.
Pero al regresar, el dueño del predio constató la sustracción del asiento del conductor, gomas, carburador y otras piezas de su Ford Falcon. Claro, “Carlitos” Figueroa ya no estaba en el lugar.

Algunas denuncias
El 24 de septiembre del 2024, Gustavo Adrián M. (35) se presentó en sede policial y declaró que Figueroa le pidió para vivir en el local de su taller mientras que buscaba algo para alquilar. Días después el propietario se ausentó por un viaje y al regresar comprobó que el supuesto cuidador había desmantelado su Falcon que estaba para reparación. La sospecha recayó sobre Figueroa porque se había ido del lugar llevándose sus pertenencias.
Fernando Gabriel S. (50), dueño de una ferretería, denunció que el 18 de septiembre le vendió a implicado un compresor, una amoladora y un taladro, todo por la suma de 600.000 pesos, aunque nunca le pagó.
Por su parte, la docente jubilada Ana María S. (57) denunció que recurrió al taller donde estaba Figueroa porque le quedaba cerca de su domicilio y cómodo para reparar su coche. Así, charlando con el acusado, éste le mencionó que quería comprar un celular, ante lo cual la señora le vendió uno por 200.000 pesos que le pagaría en cuotas.
El imputado no solo que no le abonó ningún peso por el teléfono, sino que escapó sin reparar el auto.
En tanto, el 24 de julio Armindo K. (44) denunció que le vendió herramientas por 118.000 pesos, pero ni siquiera le pagó la mitad, desapareció y dejó de responderle los mensajes.
“Llegó a mentir que nuestra hija tenía leucemia”
Entre las innumerables denuncias contra Carlos Alberto Figueroa se encuentran varias radicadas por su ex concubina y madre de su hija de 6 años.
La mujer detalló que el acusado le sustrajo plata, vendió sus pertenencias y hasta “llegó a mentir que nuestra hija tenía leucemia para pedir dinero. Es una persona que no tiene ningún tipo de remordimiento, hace cualquier cosa con tal que conseguir lo que quiere”.
La mujer precisó que conoció al citado en 2016 y convivieron varios años, pero “con idas y venidas porque la relación era insostenible, pero como tenemos una hija y él sabe dar lástima, volvía a casa y se quedaba. Y una vez que se metía no se quería ir más y yo tenía que llamar a la Policía”.
“Por ejemplo, en la pandemia me dijo que no tenía adónde ir y se quedó meses. En ese lapso me vendió muebles, electrodomésticos y mi ropa. Como consume, se ponía cada vez más violento y tuve miedo por mi hija. Ahí llegó a un punto en que dije basta del todo”, subrayó.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.