Marcelo “Caraí” Núñez, cacique de la comunidad mbya guaraní Tarumá Poty de San Vicente, estaba acusado de asesinar y quemar a su pareja, María Solange Diniz Rabela, en abril de 2020. Para el Tribunal Penal de Oberá las pruebas no fueron suficientes para una condena y lo absolvieron por el beneficio de la duda
El Tribunal Penal Uno de Oberá absolvió este jueves a Marcelo “Caraí” Núñez (38), cacique de la comunidad mbya guaraní Tarumá Poty de San Vicente, quien estaba acusado de asesinar y quemar a su pareja, María Solange Diniz Rabela (22), en abril de 2020.
Los jueces consideraron que no hubo pruebas concluyentes que permitieran confirmar, más allá de toda duda razonable, que Núñez haya sido el autor del crimen, y por eso resolvieron absolverlo por el beneficio de la duda. El fallo fue contrario al requerimiento del fiscal David Milicich, quien había solicitado prisión perpetua.
Durante el juicio, Milicich sostuvo que Solange vivía en un contexto de violencia sistemática y que la incineración del cuerpo fue una maniobra para borrar evidencia del femicidio. Citó peritajes forenses que indicaban una “muerte violenta” y testimonios claves, como el del hijo de la víctima, quien dijo: “Él la mató”.
Por su parte, el abogado defensor, Jorge Zabulanes, logró convencer a los jueces de que no existía certeza sobre la causa de muerte, ni pruebas directas que vinculen a Núñez con un homicidio.
Cuestionó la validez de los peritajes, la actuación de la policía y planteó que la cremación del cuerpo podría haber tenido una motivación sanitaria o cultural, en plena pandemia.
Zabulanes también criticó el enfoque de la investigación, que -según dijo- ignoró el contexto y el rol de Núñez como autoridad en su comunidad: “Desde un primer momento se intentó construir un culpable sin pruebas concretas”, sostuvo.
Por decisión del Tribunal, Núñez quedó en libertad inmediatamente tras escuchar el veredicto, el cual recibió en silencio.
Texto y fotos: Cristian Valdez.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
