La droga avanza en Oberá y las estadísticas son estremecedoras, como vienen alertando desde la Pastoral Diocesana de Adicciones, entidad que cumple un rol imprescindible en el tratamiento de adictos en el ámbito local.
Pero más allá de este esfuerzo, lo cierto es que el flagelo parece incontrolable y se repiten historias de padres y familiares desesperados en busca de alguna alternativa para salvar a sus seres queridos.
Un caso dramático es el Sebastián Maciel, hoy de 25 años, quien desde los 13 consume drogas, ya cometió delitos contra la propiedad para pagar su vicio y conoce todos los calabozos de Oberá.
Diego, el papá de Sebastián, golpeó un montón de puertas para ayudarlo. Incluso ya estuvo internado, pero una y otra vez recayó en el vicio.
Lamentablemente, por estas horas Sebastián volvió a delinquir y fue detenido.
Esta vez tocó fondo y robó un celular de la sede de Cáritas Diocesana, institución que lo viene ayudando desde hace años en su intento de “rescatarse” de la droga. Pero la adicción es más fuerte y aprovechó el mínimo descuido para robar un celular que estaba sobre una mesa.
Su accionar quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar y la policía no tardó en identificar al joven, quien fue ubicado en el barrio Caballeriza y en su poder aún tenía el celular mal habido.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.