“Me reventó el auto y sigue trabajando tranquilo, qué espera la justicia”: atentado al inspector del transporte urbano de Oberá

Raúl Troche denunció a un delegado de la UTA por vandalizar su coche. El damnificado aportó imágenes de los sospechosos. “No voy a parar hasta que se haga justicia porque sé quiénes fueron y tengo las pruebas”, aseguró

Domingo 20 de julio, 9.30 de la mañana, en avenida Tucumán y 9 de Julio, pleno centro de Oberá. Una serie de estruendos sacudieron la tranquilidad del mate de varios vecinos, algunos de los cuales se asomaron para ver qué pasaba en la calle y llegaron a observar a dos encapuchados corriendo.

A simple vista no había nada raro, todo parecía tranquilo en la soleada mañana, aunque un rato más tarde llegó la confirmación de lo sucedido, cuando un inspector de la empresa de transporte urbano constató desconsolado que habían vandalizado su coche.

Raúl Troche dejó su Citroen C4 estacionado sobre Tucumán para hacer su ronda laboral y al regresar se topó con que le reventaron las cuatro cubiertas, la luneta trasera y los faros. Un enorme perjuicio económico, pero además un mensaje mafioso que de inmediato sospechó de dónde provenía.

Pero lejos de dejarse ganar por el temor, el inspector enfrentó la situación y en las horas posteriores se encargó de recopilar imágenes de cámaras de seguridad de la zona que confirmaron su sospecha, según consta en su denuncia ante la Seccional Primera.

“No voy a parar hasta que se haga justicia porque sé quiénes fueron y tengo las pruebas. Uno es chofer y delegado de gremial y sigue trabajando como si nada; el otro no pertenece a la empresa. No es la primera vez que pasa algo así y esto no puede seguir pasando”, remarcó Troche.

Al respecto, contó que el año pasado un colega suyo padeció dos atentados similares.

“Como le hicieron lo mismo a mi compañero y no pasó nada, capaz pensaron que yo me iba a quedar callado. Pero no es así. Me reventaron un auto que hace seis meses me compré con mucho sacrificio y me ocasionaron un gran daño”, subrayó.

Prueba clave

Tal como dejó constancia en la denuncia, Troche implicó en el hecho a un hombre de 45 años que se desempeña como chofer del servicio urbano de pasajeros y además es delegado local de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Su presunto cómplice no trabaja en la empresa, pero tendría vínculos con el gremio.

El citado delegado posee una moto azul que coincide con la que quedó grabada por cámaras de seguridad de la zona en los instantes posteriores al atentado. En las imágenes se observa a dos personas con cascos transitando con el rodado a contramano por calle 9 de Julio, tras lo cual tomaron por calle Buenos Aires.

“Yo hice el trabajo que tenía que hacer la policía. Hice la investigación y conseguí los videos. En las grabaciones se ve bien claro la moto y los culpables. Ya presenté todas las evidencias. El día lunes la misma moto estaba estacionada frente a la empresa. O sea, me reventó el auto y sigue trabajando tranquilo, no sé qué espera la justicia para actuar”, reclamó indignado. 

Sobre el trasfondo del hecho, comentó que “me dicen que en el gremio no estaban enterados de nada, que fue todo por cuenta propia del delegado”.

En tanto, ponderó que la empresa para la cual trabaja la brindó todo el apoyo, al tiempo que ya pudo reparar su coche.

“Soy una persona de una conducta intachable, nunca tuve problemas con la ley, jamás caí preso. Mis padres me educaron bien. Estuve 19 años en Infantería de Marina de las Fuerzas Armadas, tengo mucho respeto a la sociedad y espero que se haga justicia”, remarcó Troche.

Modus operandi

Lamentablemente, tampoco fue la primera vez que un inspector de la empresa prestataria del servicio urbano de Oberá resulta víctima de este tipo de atentados.

Sin ir más lejos, el año pasado uno de ellos padeció dos episodios similares con serios daños sobre su coche, como recordó Troche.

Precisamente, el daño a los vehículos aparece como el principal modus operandi de los violentos.

Entre las víctimas, se encuentra el secretario general de la CTA Misiones, Jorge Duarte, quien en 2015 denunció que tres encapuchados rompieron una ventanilla del auto del gremio y lanzaron una bomba molotov al interior.

En aquella ocasión, el entonces delegado del de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA), César Ojeda, denunció que el atentado habría sido obra de referentes de la UTA, en represalia al reclamo laboral entablado por un grupo de choferes despedidos por la ex empresa prestataria local.

“Compañeros que trabajan en la empresa reconocieron que una patota de la UTA tiró la molotov en el auto. Hace más de un año que venimos padeciendo agresiones y prepotencia y la Justicia no nos da respuestas”, subrayó Ojeda en aquel momento.

Más antecedentes

Asimismo, en los últimos años fueron varios los episodios violentos donde estuvieron implicados referentes locales de la UTA, como el ex delegado Andrés W., quien posee un amplio prontuario por diferentes delitos, entre ellos violencia de género.

Sus antecedentes no se agotan en el ámbito local, ya que 2015 fue detenido en Clorinda, Formosa, en el marco de serios incidentes protagonizados durante la toma de la sede local de la UTA.

En aquella ocasión, el accionar de los violentos dejó un saldo de once personas lesionadas, una de las cuales recibió un balazo en una pierna.

También fue denunciado en agosto del 2014, cuando fue sindicado como el líder de una patota que agredió a una docena de choferes de la empresa Capital del Monte.

“A las 6 me presenté a trabajar y me estaban esperando unos 20 tipos. Me decían que vaya a buscar el colectivo al fondo, en un sector oscuro. Vi que la mano venía mal y le pedí al mecánico que me traiga el coche, pero me dijo que no podía porque los muchachos no querían. Ahí me rodearon y me tiraron unas piñas”, detalló oportunamente Fabián Velázquez, quien logró escapar.  

Otro hecho de extrema gravedad se registró en agosto del 2013, cuando el locutor y conductor radial Jorge Centurión fue brutalmente agredido y amenazado de muerte por el mismo gremialista.

A consecuencia del ataque, la víctima sufrió la fractura del tabique nasal y escoriaciones múltiples.

.

.