Hace un año, la vida de Roberto Carlos Rivero (51) dio un vuelco rotundo para mal. A causa de la diabetes perdió la visión y afronta daño renal, por lo que no puede trabajar como lo hizo durante toda su vida.
Desde los 19 años fue calderista en un secadero y mantuvo a su esposa y dos hijos, los cuales ya formaron sus propias familias y se independizaron.
La enfermedad discapacitante le impide trabajar y ganarse el sustento diario, lo que a la vez conspira contra su tratamiento, ya que requiere medicación y una alimentación específica.
“Estamos pasando una situación muy difícil porque no tenemos ningún ingreso. Yo no puedo trabajar porque le tengo que cuidar, y lo único que recibimos son 50 mil pesos en vales de comida que nos entrega el ex patrón”, comentó Estela Rodríguez.
Como si la enfermedad fuera poco, tampoco habría recibido una indemnización acorde a los años de trabajo, según su esposa.
“Cuando se enfermó, el patrón le llevó al correo y le hizo firmar un acuerdo. Pero lo que recibe es una miseria”, lamentó.

Sobre el estado de salud de Roberto Carlos, indicó que a la falta visión se suma el problema renal. “Le hacían diálisis en el Hospital y hace un par de meses el doctor dijo que ya no hacía falta, pero ahora está muy hinchado y no se siente nada bien”, alertó.
En tanto, mencionó que en ocasiones debe comprar cierta medicación que requiere, lo que se complica por la falta de recursos.
La pareja reside sobre calle 3 del barrio San Miguel, donde cuentan con letrina fuera de la casa, lo que es un verdadero contratiempo por el estado el hombre.
“Se hace imprescindible un baño instalado, pero eso está muy lejos de nuestras posibilidades”, reconoció la esposa. Quienes deseen colaborar, pueden contactarse al celular 3755 645853 de Estela.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.