Alvaristo Severo reside en Villa Stemberg de Oberá. Tiene 72 años y una de sus hijas habría aprovechado que no sabe leer ni escribir para transferir a su nombre la escritura de su terreno. El lunes pasado lo dejó sin luz ni agua
La mirada de don Alvaristo Severo (72) se pierde en el horizonte, con una tristeza imposible de ocultar, mientras sus ojos se nublan de impotencia que aflora y se esfuerza por contener.
Curtido por el esforzado oficio de la construcción, con el que crio a sus siete hijos, hoy lo amarga el engaño de una de sus hijas, la cual se habría aprovechado de que es analfabeto y transfirió a su nombre el terreno donde su padre vive desde hace 30 años.
Como si eso fuera poco, la misma hija pasó a su nombre las boletas de energía eléctrica y agua potable, y el último lunes dio de baja los servicios, perjudicando todavía más a su papá y a un hermano con un serio problema de salud que vive en la casa.
Severo es un conocido y apreciado vecino de Cuña Pirú y Campo Grande, en el barrio Villa Stemberg de Oberá, donde se instaló hace tres décadas cuando llegó con su familia desde Colonia Aurora.
Sobre la presunta estafa de su hija, la cual ya fue denunciada, contó que “un día me pidió el boleto de compraventa para hacer el título a mi nombre y fuimos a una escribanía. Como yo no sé leer ni escribir, firmé nomás los papeles”.
“Después me llevó a la cooperativa eléctrica para hacer los trámites del subsidio de la luz, supuestamente. Después resulta que puso los servicios a nombre ella”, explicó en diálogo con este medio.
Dolor de padre
Mencionó que el engaño y la estafa salieron a la luz “porque nunca me quería entregar el título de propiedad. Siempre ponía excusas y el tiempo fue pasando”.
La cruda verdad se supo en enero, cuando recibió una orden de desalojo. “Ahí me quise morir, primero no entendía nada. Si hasta me enfermé por eso”, reconoció apenado.
Consultó con un abogado y radicaron la denuncia por estafa que se tramita ante el Juzgado de Instrucción Uno.
En tanto, el último lunes se registró un capítulo tan dramático como el anterior, ya que personal de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo) procedió a retirar el medidor de la luz y se quedaron sin servicio, todo por disposición de la titular legal.
“Ese mismo día, mi hija vino y arrancó las mangueras del tanque de agua potable. Me dijo que me tengo que ir sí o sí, que ella es la dueña y quiere el terreno y la casa. Estaba violenta y le pegó a mi concubina”, lamentó.
Por ello, se radicó una segunda denuncia, por amenazas y lesiones, que se tramita en el Juzgado de Instrucción Dos.
Severo contó que el marido de su hija es retirado de la policía, lo que le brindaría ciertas complicidades, especuló.
También se mostró preocupado porque tiene a cargo un hijo mayor con problemas neurológicos graves, por lo que rogó que “la justicia miré bien quién dice la verdad, porque no es justo lo que estamos pasando por el egoísmo de una persona. Y me duele en el alma que sea mi propia hija”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
