Agustín Ramírez tenía apenas 23 años cuando un móvil policial lo hizo despistar y tumbar con la moto, tras lo cual lo abandonaron agonizando. Tenía un trabajo y vivía con la madre de su pequeña hija. Tenía un montón de proyectos. Tenía salud y vigor. Agustín lo perdió todo aquella noche del 16 de agosto de 2022.
Se cumplieron tres años del siniestro vial que le ocasionó secuelas de por vida y para la justicia de instrucción los tres policías implicados incurrieron en “abandono de persona agravado por la condición de funcionario público”, delito que contempla una pena máxima de 10 años de prisión. Aún no se fijó fecha para el juicio oral.
Los imputados son el oficial subayudante Nicolás Skripchuk, del sargento primero Ariel Cantero y de la agente Camila Cantero, quienes en principio estuvieron dos meses detenidos y luego fueron pasados a disponibilidad.

En tanto, en febrero pasado los citados fueron reincorporados al servicio y asignados a la Unidad Regional VI de Leandro N. Alem.
Así, mientras que Agustín padeció gravísimas lesiones, la peor en la cabeza, por lo que tuvieron que extraerle parte del cráneo y derivó en una discapacidad mental del 80 por ciento, los imputados siguen trabajando y portando el uniforme con total impunidad.
Lo que está probado
El hecho que cambió para siempre la vida de Agustín se registró sobre calle Catamarca, entre Urquiza y Quintana, en Villa Vick de Oberá.
Era alrededor de las 21.10 cuando volvía en moto de trabajar y fue interceptado por un móvil policial, tras lo cual se inició una persecución que concluyó con el despiste del motociclista, mientras la patrulla continúo su marcha y abandonó la escena con el joven agonizando.

Hasta el momento, eso está probado en el expediente que tramita ante el Juzgado de Instrucción Dos, a cargo de Horacio Alarcón.
En tanto, un punto cuestionado por la querella es que las pericias fueron realizadas por la misma Policía y luego de varios días del hecho. En consecuencia, no se hallaron rastros de un presunto choque en la patrulla del Comando Sur implicada, versión que circuló desde un primer momento.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.