Caso Agustín Ramírez: la fiscal solicitó elevar a juicio la causa contra tres policías
La fiscal Myriam Estela Silke requirió la elevación a juicio. Los policías imputados son el oficial subayudante Nicolás Maximiliano Skripchuk, el sargento primero Ariel David Canteros y la agente Camila Betiana Canteros. La víctima padeció lesiones gravísimas que derivaron en discapacidad permanente
La fiscal de Instrucción Dos de Oberá, Myriam Estela Silke, oficializó este miércoles el pedido de elevación a juicio contra tres policías obereños imputados por lesiones gravísimas y otros delitos en perjuicio de Agustín Ramírez (27).
De esta forma, tras los planteos de las respectivas defensas, sólo resta el aval del juez Horacio Alarcón y el expediente pasará al Tribunal Penal para fijar fecha de debate oral.
Los policías imputados son el oficial subayudante Nicolás Maximiliano Skripchuk (27), el sargento primero y chofer Ariel David Canteros (47) y la agente Camila Betiana Canteros (26).

En principio, los citados serán juzgados por “lesiones culposas gravísimas en accidente de tránsito agravadas por incumplimiento de los deberes de funcionario público y omisión de deberes de oficio”, carátula que contempla penas de prisión efectiva e inhabilitación para ejercer cargos públicos.

De todas formas, en el debate se prevé que la querella solicite agravantes por la discapacidad permanente que padeció la víctima a raíz del accionar policial.
Para el abogado Rafael Núñez, querellante en representación de la víctima, la responsabilidad de los imputados está probada por un cúmulo de pruebas.
“Circulaban con luces apagadas, realizaron maniobras de hostigamiento y persecución injustificada, maliciosa e ilegal contra la moto conducida por la víctima. No existía orden judicial, flagrancia ni delito previo que justificara la persecución, lo que reconocieron los propios imputados en sus declaraciones al afirmar que la única irregularidad advertida era una luz trasera quemada en la moto”, subrayó.

Secuencia del hecho
El siniestro que se investiga se registró la noche del 16 de agosto de 2022, cuando Agustín Ramírez regresaba a su casa después del trabajo.
Armando Márquez, quien era su patrón, declaró que “ese día estuvo conmigo en la verdulería que se encuentra en la misma dirección que mi domicilio, y se retiró del local aproximadamente a las 21.05”.
“Según lo que recuerdo, salió y subió a su moto, la cual siempre dejaba estacionada en la esquina de Noruega y del local. Se retira y se marcha por calle Lavalle, según lo que logro recordar, debido a que era una ruta que realizaba diariamente”, mencionó.
Alrededor de cinco minutos más tarde, el joven fue interceptado por un móvil policial, supuestamente porque tenía la luz trasera quemada, tras lo cual se inició una persecución que concluyó con el despiste del rodado menor, mientras la patrulla continúo su marcha y abandonó la escena con el joven agonizando.
En el expediente está probado que el móvil del Comando Sur persiguió al motociclista sin encender la sirena.
El despiste se registró sobre calle Catamarca, entre Urquiza y Quintana, en Villa Vick de Oberá.

El testigo clave
Desde un primer momento resultó fundamental el aporte de un menor que entonces tenía 11 años y fue testigo presencial del siniestro. Declaró ante la policía y en sede judicial, sin contradicciones y notable firmeza.
Contó que esa noche su mamá le pidió que vaya a comprar a un kiosco cuando observó la secuencia que marcó su vida.
“Yo estaba a unos 50 metros, la moto venía rápido y la policía venía atrás, venía cerca de la moto y la moto cayó, chocó contra un cordón y la moto voló y el chico cayó. Cuando cayó el muchacho de la moto, la policía estaba cerquita de la moto y dio marcha atrás y se fue por la derecha, por la calle Quintana. Estaba solo yo viendo cuando pasó todo, y ahí le avise a un vecino que llame a la ambulancia”, precisó.
Reconoció que se asustó mucho porque “el que manejaba la moto estaba quieto, como que estaba muerto”.
“Después, cuando comenzaron a llegar los vecinos, el chico comenzó a gritar de dolor, en eso mi mama salió fuera de la casa y me mandó dentro”, recordó.
Sobre la persecución, mencionó que “el móvil de la policía estaba a un metro más o menos de la moto cuando le estaba siguiendo, y cuando la moto chocó contra el cordón la policía estaba a unos tres metros, más o menos. En ese momento que la moto choca el cordón, la policía que venía circulando en el mismo sentido, pone marcha atrás y se va”.
Consultado al respecto, no supo precisar si la moto y la patrulla tenían luces, pero afirmó que “la sirena estaba apagada, la policía tenía apagada las luces de arriba, las luces azules”.
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