Acusado de tentativa de homicidio aseguró que actuó para defenderse en su propia casa
Julio Martín Lear fue detenido por dispararle en su casa a un hombre. Aseguró que actuó para defenderse y denunció el hecho. La presunta víctima fue dada de alta. Interviene el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá
El pasado 8 de noviembre, Julio Martín Lear, de 63 años, se hallaba en su domicilio y le disparó con una escopeta a un hombre. El hecho se registró en una chacra cercana al barrio 80 Viviendas de Aristóbulo del Valle.
En su defensa, Lear aseguró que se defendió de la agresión de José D. S. (43), quien llegó a su casa con otros individuos y le reclamó una deuda inexistente.
Por su parte, el segundo recibió un disparo en el cuello y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Samic de Oberá. El 11 de noviembre fue dado de alta.
Al otro día, José D. S. se presentó ante la Seccional Primera de Aristóbulo del Valle y acusó a Lear de haberle disparado tras una discusión por una deuda por trabajos realizados que se negó a pagarle.
Si bien cada uno contó una versión opuesta, para el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá existen elementos para imputar a Lear por tentativa de homicidio, al menos preventivamente, por lo que permanece detenido en Aristóbulo del Valle.
Gabriel Rivero Dubil, abogado del acusado, subrayó que su cliente actuó “sin intención criminal y en defensa de su integridad”.
Mencionó Lear es analfabeto y vive en condiciones muy precarias. Su principal sustento proviene de una pensión provincial por haber estado bajo bandera durante la Guerra de Malvinas.
“No vamos a permitir que se lo juzgue como a un delincuente. Julio Lear es un hombre vulnerable que actuó aterrado, solo y dentro de su propia casa. Todo indica que reaccionó ante una agresión ilegítima y un temor real de recibir más daños”, indicó el abogado.
La denuncia
Luego de recibir el alta, el pasado 12 de noviembre José D. S. relató que el día 3 realizó podas y limpieza del terreno de Lear, quien luego le entregó 20 mil pesos en mercadería que retiró de un kiosco del barrio, mientras restaba 80 mil en efectivo.
Fue así que el 8 volvió a cobrar, el dueño de casa lo hizo pasar y discutieron por la presunta deuda. En ese marco, el implicado lo agredió con un machete, luego entró a su casa y salió con una escopeta con la cual le disparó.
El escopetazo alcanzó su cuello, pero logró escapar corriendo, pidió auxilio y lo trasladaron al Hospital local. Más tarde fue derivad al Samic de Oberá, donde permaneció tres días.

Defensa
Por su parte, el mismo día del hecho -el 8 de noviembre- Lear se presentó en la comisaría local y contó que esa tarde a las 15 arribaron a su casa varios hombres, reconociendo a José D. S. y a otro identificado como Adrián R.
Aseguró que el primero le exigió más plata de lo acordado por el trabajo realizado. En un momento la presunta víctima sacó un cuchillo de entre sus ropas y lo amenazó con lastimarlo, mientras el segundo hombre le pegó con un palo.
Fue entonces que Lear corrió, se metió en su casa y trabó la puerta, al tiempo que los otros seguían lanzando amenazas y quisieron entrar por una ventana.
Siempre según su denuncia, el propietario temió por su vida, cargó la escopeta con el único cartucho que le quedaba y apuntó por la ventana. Afirmó que antes gritó que se vayan porque iba a defenderse, pero no le hicieron caso.
Tras efectuar el disparo, mencionó que los agresores salieron corriendo. Por su parte, Lear se refugió en un monte cercano porque temía que regresen a vengarse y lugo se dirigió a la policía.
Solicitan pericias
Para el defensor, será clave reconstruir la secuencia del hecho con pruebas de rigor, como pericia balística para determinar distancia, trayectoria y funcionamiento del arma casera incautada, y la declaración de testigos, especialmente un vecino que habría observado una confrontación previa. Subrayó que su cliente no posee antecedentes.
“Es un hombre humilde, que no sabe leer ni escribir, apenas tiene para subsistir, que vive con una pensión mínima y que, como muchos veteranos, carga con cicatrices emocionales profundas. La justicia tiene el deber de mirar todo el cuadro, no sólo un instante aislado”, opinó Rivero Dubil.
Asimismo, señaló que “la prisión preventiva es una excepción extrema. No existe riesgo de fuga ni de entorpecimiento. Lo razonable es que Lear continúe el proceso en libertad mientras se esclarecen los hechos”.
“Buscamos la verdad completa. Y queremos que se respete a Lear como lo que es: un ciudadano con derechos, un hombre vulnerable, que se defendió de un ataque ilegitimo en su vivienda con lo que tenía a su alcance y merece un debido proceso”, agregó.
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