Los investigadores de la UR II encontraron 225 kilos de un explosivo utilizado para las explotaciones mineras, más 518 detonadores, 88 cabeza espoleta pirotecnia y 150 metros de mecha. El valor en el mercado de lo secuestrado asciende a 4.000 dólares
Efectivos de la Unidad Regional II hallaron este martes una importante cantidad de explosivos en un depósito clandestino del barrio Caballeriza de Oberá.
Siguiendo pistas de otros delitos, los investigadores se enfocaron en una precaria vivienda ubicada en calle París y Portugal III.
Orden judicial mediante, el correspondiente allanamiento derivó en el secuestro de varias cajas con dinamita, detonadores y mechas, según precisaron desde la fuerza.
Para la manipulación del material se solicitó presencia de personal especializado en explosivos de la División Bomberos de UR II, quienes peritaron los componentes y determinaron que no se hallaban en un lugar seguro para su depósito.
Por orden del juez de Instrucción Dos, Horacio Alarcón, se procedió a la incautación de todos los elementos.
Se trata de 9 cajas de 140 cartuchos de gelamón (explosivo utilizado para las explotaciones mineras), por un total de 225 kilos; 5 cajas con 518 detonadores, 88 cabeza espoleta pirotecnia y 150 metros de mecha.
Según estimaciones, el valor actual en el mercado de lo decomisado asciende a unos 4.000 dólares. En tanto, rodo el material explosivo fue retirado del lugar bajo medidas de seguridad correspondientes, ya que la incorrecta manipulación podría poner en peligro la integridad física de los habitantes de la vivienda y sus vecinos.
“Encontramos explosivos como para hacer volar la mitad del barrio”, graficó un vocero.
El propietario de la vivienda fue identificado como Diego Maximiliano P. R. (27), quien dijo ser empleado de una empresa de construcción.
La causa fue caratulada como tenencia ilegal de explosivos, en tanto se investiga el origen y destino de los mismos, los cuales fueron ubicados en lugar seguro bajo protocolo.
.
.
Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.
