Mahira Bergallo: abanderada obereña en el Mundial de París, una historia de vida que inspira

La atleta obereña se encuentra en la capital de Francia para la disputa del Mundial de Atletismo Paralímpico. Una historia de continua superación. “De muy chica sufrí bullying por la enfermedad que ni siquiera sabía cómo se llamaba”, recordó Mahira

La sonrisa de Mahira Begallo (21) con la camiseta de la Selección Argentina y la Torre Eiffel de fondo, en el centro de París, confirma que los sueños se hacen realidad.

La chica del barrio Tuichá, uno de los asentamientos más humildes de Oberá, se encuentra hoy en la capital de Francia como integrante del equipo nacional que participa del Mundial de Atletismo Paralímpico, evento que se extenderá hasta el próximo 17 de julio.

Y la felicidad de Mahira se completó esta semana, cuando su entrenador Jorge “Chino” Flores pudo viajar para acompañarla en el gran evento internacional.

Pensar que el año no comenzó de la mejor manera para la obereña, deportivamente hablando. Pero ahí se destacó la figura del profe, siempre alentando para seguir.

Mahira y Chino disfrutando el gran evento

Eso de luchar tampoco es nuevo, ya que de pequeña soportó la discriminación de algunos por su limitación motriz ocasionada por la parálisis cerebral, diagnosticada a los 14 años.

“Yo nací con una discapacidad, pero lo tomaba normal y nunca tuve un diagnóstico médico. Hasta que un domingo los entrenadores de la selección argentina me hicieron hacer una serie de ejercicios para ver si realmente tenía una parálisis cerebral y finalmente, sí”, recordó.

Ese mismo día le propusieron sumarse al atletismo adaptado, lo que primero no quiso. 

“Me costó mucho aceptarlo, pero fue la decisión más linda de mi vida. Incluso ese año viajé a Mar del Plata y logré medallas. A partir de allí comenzó mi carrera deportiva”, remarcó con orgullo.

También contó que “de muy chica sufrí bullying por la enfermedad que ni siquiera sabía cómo se llamaba. En ese momento no me podía defender porque ni conocía la enfermedad”.

Por eso, hay que prestar atención si Mahira dice: “Nunca dejen de luchar por sus sueños. Antes no me gustaba el deporte y ahora lo amo, ahora es mi vida. Si yo llegué, todos pueden llegar porque la capacidad de cada uno es diferente”. Y si lo dice ella, que hoy sonríe frente a la Torre Eiffel.

La sonrisa de Mahira ilumina París

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