Una entidad en crisis, deudas por varios miles de millones de pesos y servicios muy limitados. Así y todo, en un contexto cada vez más delicado, la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo) sostiene importantes privilegios para sus empleados, sobre todo para los afiliados al sindicato de Luz y Fuerza.
Mientras los socios comunes pagan cada vez más caro, los bendecidos disfrutan de amplios beneficios.
“Con razón hay empleados de la Celo que tiene seis aires acondicionados en la casa, si prácticamente les regalan la electricidad. Es una burla. Hablan mucho de buena administración, pero en realidad gozan de enormes privilegios. La verdad que los socios somos unos pelotudos por aguantar esa injusticia”, se quejó un asociado.
Además, mencionó que los comercios pagan mucho más, lo que genera un perjuicio extra a los ya conocidos, como la inflación que aplasta y las tasas de todo tipo.
Con relación a los beneficios de los empleados de la cooperativa, para tener un parámetro se publica la boleta de uno que en septiembre gastó 509 KWH y pagó 4.378, 40 pesos; al mismo tiempo, un socio que en ese mes gastó 504 KWH tuvo que abonar 14.671,10 pesos.
Es decir, gastó lo mismo (en realidad un poco menos) pero tuvo que pagar 10.300 pesos más. Una locura. Una vergüenza.
Otro empleado de la Celo, también en septiembre, gastó 988 KWH y pagó 8.317,70 pesos. El empleado consumió casi el doble que el socio citado, pero pagó 6.000 pesos menos.
Por su parte, un comerciante que en igual período gastó 347 KWH tuvo que pagar 19.130 pesos. O sea, se castiga al que trabaja, al que produce y da trabajo, y se privilegia a un grupito.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.