El imputado por el crimen de Milagros Prestes ya purgó una condena por abuso sexual en Buenos Aires. En Colonia Aurora quiso ejercer como pastor, pero se alejó del culto cuando pidieron sus antecedentes. Luego se dedicó a vender libros infantiles para estar cerca de los chicos de la zona
Desde que fue detenido el pasado 12 enero, el sospechoso por el brutal homicidio de la pequeña Milagros Ayelén Prestes (10) no recibió ni una sola visita en la comisaría de Colonia Aurora. Ni siquiera lo fue a ver la mujer con la cual convivía.
Daniel Alberto N. (62) está acusado de un crimen sin precedentes en la zona, lo que la valió la calificación de “monstruo”, ya que la autopsia practicada sobre el cadáver de la víctima confirmó abuso sexual y ahorcamiento.
En tanto, además del relato de testigos que el día hecho lo vieron cerca del lugar donde fue hallado el cuerpo sin vida de la pequeña, también lo complica un antecedente estremecedor: entre 2009 y 2917 purgó una condena violación a una menor.
Aquella sentencia fue impuesta por la Justicia Penal de San Isidro, provincia de Buenos Aires.
Ya en libertad, hace alrededor de tres años conoció por Facebook a una mujer con domicilio en el paraje Kilómetro 20 de Colonia Aurora, donde se instaló y alternó varios oficios, entre ellos la venta de libros infantiles, lo que no se descarta que le haya servido de fachada para entrar en confianza con los vecinos de la zona y atraer la atención de las criaturas. Una estrategia perversa.
Al respecto, un vocero del caso confirmó que el sospechoso conocía a la víctima y sabía que solía hacer mandados para su mamá, ya que era la mayor de cinco hermanitos.
Precisamente, el pasado jueves 11 de enero la nena salió temprano de su casa, ubicada en una chacra sobre ruta provincial terrada 222, para comprar un analgésico para su progenitora que padecía dolor de muela. Fue la última vez que su familia la vio con vida.

Dolor y bronca
El cadáver fue hallado a primera hora del viernes 12 en un maizal situado a 400 metros de la vivienda de la víctima. Enseguida la investigación apuntó a Daniel Alberto N., ya que algunos vecinos le dijeron a la Policía que la mañana anterior lo vieron pasar aseado y luego cruzó embarrado y alterado.
Más tarde, al cotejar sus antecedentes, se convirtió en el principal sospechoso y quedó detenido.
El 18 de enero fue trasladado ante el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, a cargo del juez Pedro Piriz, donde fue imputado por “abuso sexual y homicidio agravado tanto por ser criminis causa como por femicidio”, delitos por los que podría ser condenado a prisión perpetua. En la ocasión designó defensor oficial y se abstuvo de declarar.
El mismo día, en el cementerio del Kilómetro 20, fueron inhumados los restos de la víctima.

Cali Goring, intendente de Colonia Aurora, asistió a la ceremonia y luego utilizó sus redes sociales para reflexionar sobre el brutal crimen que conmocionó a toda la sociedad.
Calificó el hecho como “cruel e inhumano que deja a toda la zona sin palabras de aliento a la familia (…) La emoción es automática, se llora junto a ellos imaginando como sería si nos tocara. Sabemos que estamos en un mundo con muchas maldades, sabiendo que se hará la justicia celestial. Dios está siempre”.
“Como ciudadano e intendente de este municipio espero que la justicia se dé. Este monstruo de persona no debe ni tener derecho de defensa, como dicen en los periódicos, si se comprueba la culpa. Perdón, pero con esta bronca e impotencia expresamos lo que se siente”, reconoció Goring.
No era pastor
En tanto, el Consejo de Pastores de Misiones emitió un comunicado de prensa donde desmintió que el imputado haya ejercido como pastor en la zona, tal como publicaron algunos medios.
Al respecto, desde el culto Evangélico indicaron que si bien el sospechoso trató de posicionarse como pastor, nunca ofició como tal en la colonia ya que no presentó su registro de antecedentes penales, lo que es requisito para ejercer dicho rol.
En tal sentido, cuando estuvo preso en Buenos Aires se habría integrado a los reclusos del culto evangélico, los cuales suelen estar apartados de la población común, lo que implica un refugio para imputados por abuso sexual.
De todas formas, previo al comunicado de la comunidad religiosa, este diario aclaró que el sospechoso no llegó a oficiar como pastor en el Kilómetro 20.
“Es cierto que una época concurrió a una iglesia evangélica y después comenzó como a querer posicionarse como pastor y llegó a pasar al frente con la intención de predicar, pero no era pastor”, subrayó una fuente de la investigación.
Es más, mencionó que “dejó de asistir al culto cuando los responsables del templo le pidieron sus datos y el registro de antecedentes policiales, lo que es un requisito interno. Le pidieron eso y no fue más”.
Asimismo, comentó que los vecinos no lo veían con buenos ojos y lo calificaron como soberbio. “Como que quería llevarse el mundo por delante”, graficó.
El peor final
Según se reconstruyó hasta el momento, la nena salió a pie el jueves 11 a las 8 con destino a un almacén situado a unos 800 metros de su casa, recorrido que en época de clases hacía para asistir a la Escuela 389. Transcurrido poco más de una hora y al ver que no volvía, su mamá salió a buscarla.
Testimonios de vecinos dieron cuenta que la vieron caminando de regreso a su domicilio, por lo que habría sido interceptada a la vuelta de hacer su compra.
La familia es de condición muy humilde y poseen un celular casi obsoleto, por lo que recién pasado el mediodía un vecino alertó a la comisaría de Colonia Aurora, distante a 30 kilómetros.
Los primeros uniformados arribaron al lugar, charlaron con la familia y vecinos y a las 14.30 se inició la búsqueda, aunque entrada la tarde el resultado había sido infructuoso.
Por eso el viernes 12, apenas clareó, retomaron el rastrillaje. Unos cien efectivos trabajaron en la búsqueda bajo la supervisión del comisario mayor Hugo Omar González, jefe de la Unidad Regional XI de Aristóbulo del Valle.
Eran las 6.20 cuando hallaron el cadáver, tendido en una plantación de maíz, a unos 50 metros de la ruta 222. De la escena del crimen hasta la casa de la nena hay escasos 400 metros.

Se presume que Milagros fue abordada por la ruta cuando volvía del almacén y por la fuerza la llevaron hacia el maizal donde fue abusada y asesinada.
En el lugar, peritos de la Dirección General de Criminalística de la Policía de Misiones recolectaron datos y muestras que podrían ser importantes para la investigación. Los resultados serán elevados al juez de la causa.
.
.

Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.