El sargento Alfredo Antonio Parra se abstuvo de declarar y continúa detenido. “Siendo policía debería proteger a las personas, no lo que hizo”, expresó la madre de una de las víctimas. Investigan a otros diez policías que participaron de una juntada previa
A seis días de protagonizar un choque bajo los efectos del alcohol, lesionar a dos personas, escapar y luego tratar de encubrir el hecho con un falso robo, el jueves el sargento de la Policía de Misiones Alfredo Antonio Parra (35) se abstuvo de declarar ante el juez de Instrucción Dos de Oberá, Horacio Alarcón.
El implicado cuenta con los servicios de un cotizado estudio jurídico obereño y por recomendación de sus abogados optó por guardar silencio en la indagatoria.
Si bien su defensa solicitó la excarcelación, por el cúmulo de delitos que se le endilga la petición sería rechazada, al menos por el momento.
Parra está imputado por abandono de persona, incumplimiento de los deberes de funcionario público y lesiones graves culposas, por lo que podría recibir una pena de hasta diez años de cárcel.
En paralelo a la causa penal, la Jefatura de la Policía de Misiones inició un sumario administrativo interno y dispuso el pase a disponibilidad del sindicado.
El hecho que se investiga se registró el pasado viernes 30 de agosto sobre ruta provincial 103. El sargento conducía al alcoholizado su camioneta Toyota Hilux, atropelló una moto con dos ocupantes, escapó de la escena y luego pergeñó un plan para encubrir el hecho.
Respecto a los ocupantes de la moto, el conductor Elías Álvez Da Silva (39) sufrió fractura de peroné de la pierna izquierda, y escoriaciones en ambos brazos, aunque el mismo día fue dado de alta.
En cambio, su acompañante Adriana B. (21) permaneció varios días en terapia intensiva luego de complicaciones por una fractura expuesta de tibia y peroné izquierda, lo que afectó la parte vascular.
“Sentimos tanta impotencia”
Afortunadamente, la buena atención de los profesionales del Hospital Samic de Oberá y la juventud de la paciente jugaron a favor de la recuperación y el viernes la chica recibió el alta médica y regresó a su casa, en Villa Unión, municipio de Campo Ramón.
En diálogo con este medio, su mamá Mónica se mostró aliviada luego de varios días de angustia, donde incluso se llegó a evaluar la posibilidad de amputar la pierna afectada.
Contó que la chica se encuentra contenida y las próximas semanas serán claves para evaluar el proceso de cicatrización de la herida. Por el momento tiene prescripto varios medicamentos, como analgésicos por intensos dolores.
“Sentimos tanta impotencia por lo que pasó. Es tan injusto lo que hizo ese hombre manejando alcoholizado y que salga impune sería otra injusticia. Siendo policía debería proteger a las personas, no lo que hizo. Tiene que pagar por eso”, subrayó.
Visiblemente consternada, reconoció “tengo que ser fuerte para acompañar a mi hija, pero la tristeza que tengo no se la deseo a nadie. Tampoco nadie merece lo que le pasó, porque llevaba una vida totalmente normal y por culpa de un inconsciente está postrada y no sabemos si tendrá secuelas de por vida”.
“Cómo puede ser que un policía tome alcohol todo el día y salga manejando como nada. No le importó manejar borracho ni abandonar a dos personas heridas. Para colmo después inventó que le robaron. Una cosa de locos”, agregó indignada.
Asimismo, reconoció que siente “cierto temor por tratarse de una persona de la fuerza, de un policía que tiene contactos, pero esto no puede quedar impune”.
Por otra parte, destacó el accionar del jefe de la comisaría de Villa Bonita, quien desde un primer momento se puso a disposición de la familia.
Otros diez policías sumariados
Las graves lesiones sufridas por las víctimas no son las únicas secuelas que dejó el siniestro vial propiciado por el sargento Parra, ya desde la Unidad Regional II se inició un sumario interno a otros diez policías que el día del hecho participaron de un almuerzo que se extendió por varias horas con excesivo consumo de alcohol.
Los mismos participantes publicaron fotos en las redes sociales. La “junta” policial se realizó en una propiedad de Villa Bonita, municipio de Campo Ramón.
“Más allá del derecho que los asiste de participar de un almuerzo estando de franco, como funcionarios públicos deben mantener una conducta acorde porque siguen siendo funcionarios públicos. En este caso, viendo que el camarada no se encontraba en condiciones de manejar porque estaba alcoholizado, deberían haber actuado en consecuencia y evitado el desastre que pasó”, comentó un vocero de la fuerza.
Vale mencionar que el test arrojó que Parra conducía con 1.35 gramos de alcohol por litro de sangre, casi tres veces por encima de lo permitido por ley.
Testigo del descontrol
Una vecina de Villa Bonita contó que reside a media cuadra del lugar del almuerzo y mencionó que “los policías estuvieron todo el día tomando y haciendo escándalo, era sabido que no iba a terminar bien”.
“Tipo 19.30, una camioneta blanca salió acelerando a full y chocó contra otro auto estacionado frente al mismo predio donde se encontraban. Qué ejemplo nos dan los policías a nosotros como sociedad”, se preguntó.
Y agregó: “Yo justo salí con mis hijos y volvía a la hora que salió esa camioneta a mil, y pensé que un inocente podía pagar por culpa de un inconsciente que se cree intocable. Y al final pasó eso, lamentablemente”.
Choque, fuga y falso asalto
Luego del extenso almuerzo con camaradas, alrededor de las 19.30 del 30 de agosto el sargento Parra emprendió el regresó a Oberá en su camioneta Toyota Hilux blanca con rayas negras. En tanto, a la altura del kilómetro 70 de la ruta provincial 103 chocó desde atrás a una moto marca Keller que era conducida por Elías Álvez Da Silva, quien iba acompañado por Adriana B.
El primer indició fue aportado por testigos que contaron que la moto fue impactada por una Hilux blanca con franjas oscuras en ambos laterales, cuyo conductor se dio a la fuga hacia Oberá.
Como si eso fuera poco, al llegar a su casa el policía efectuó unos disparos en el lugar para simular un asalto y luego condujo media cuadra para chocar su camioneta contra un poste e incendiarla. Así buscaba zafar de la responsabilidad del primer hecho.
Enseguida denunció el supuesto asalto, una comisión policial llegó a su domicilio y no tardaron en atar los cabos que lo ligaban al choque de la moto.
Ante lo poco creíble de la versión de Parra, el aporte de testigos del siniestro vial y el grado de alcohol en sangre, el juez Alarcón dispuso la detención y el secuestro de su teléfono celular, ya que consideró que existen pruebas suficientes para presumir que habría participado del accidente vial, luego abandonó a las víctimas e incendió su vehículo para intentar ocultar pruebas.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.