Juntadero de drogadictos, aguantadero de chorros, antro donde violaron a las hijas de la dueña. Todo en pleno centro de Oberá: avenida Tucumán y 9 de Julio, y a pesar de las innumerables denuncias de los vecinos y reiteradas intervenciones policiales.
Pero para la justicia parece que nada alcanza, que nada es suficiente para terminar con el problema. Claro, hasta que maten a alguien, como casi pasó en la madrugada del último sábado y quedó grabado en una cámara de seguridad de la zona.
En las imágenes se ve a un grupo de por lo menos tres mujeres, entre ellas la propietaria de la casa, y cuatro hombres. Eran las 2.42 de la madrugada cuando uno de los varones golpeó a otro que cayó y en el piso recibió patadas del mismo agresor y quedó noqueado.
Después corridas, gritos, insultos… lo mismo que sucede desde hace muchos años. El herido habría sido trasladado al Hospital y no murió de casualidad.
Minutos más tarde llegó la Policía, tras el llamado de algún vecino, pero dueña de la propiedad ya estaba encerrada y el resto había corrido. O sea, todo quedó en la nada. Hasta que dentro de un tiempo vuelvan a violar a alguien, o haya que lamentar un muerto.
La famosa Mariela
La propietaria del lugar, la “famosa” Mariela R., la misma a la cual hace un año le quitaron la tenencia de sus hijas que hoy tienen 8 y 5 años porque en esa misma casa fueron víctimas de abuso sexual por parte de tres “amigos” de la mamá.
La misma que la salía y dejaba solitas a las nenas con los violadores, pero para la justicia ella es inocente, no facilitó ni entregó a las criaturas. ¿Raro no?
La misma que insulta a los vecinos cuando le piden que no haga tanto quilombo a la madrugada.
La misma que amenazó a este periodista con hacerle un juicio cuando alertó que sus hijas lloraban en la ventana pidiendo auxilio porque las dejaba solas durante horas. Igual siguieron con la madre y tiempo después se supo que las violaron. Todo gracias a algún funcionario miró para otro lado.
Todo en la misma casa que varias veces fue allanada por robos y hasta en el marco de la investigación del asesinato de la catequista Gladis Gómez. Todo transcurre en ese antro y nadie se puede hacer el distraído.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.