Las denuncias fueron radicadas ante la Fiscalía de Instrucción Uno de Posadas y giradas al Juzgado de Instrucción Dos de Oberá. Las sospechas recaen sobre el jefe de la comisaría de Alba Posse y el titular de la Unidad Regional XI de Aristóbulo del Valle
Cuatro mujeres policías que se desempeñan en la comisaría de Alba Posse denunciaron por acoso sexual y laboral al jefe de la citada dependencia, oficial principal José Luis Kinast, y al titular de la Unidad Regional XI de Aristóbulo del Valle, comisario mayor Marcelo Chimiski.
La presentación judicial fue radicada el pasado 17 abril ante la fiscal de Instrucción Uno de Posadas, Amalia Spinnato. Las denunciantes contaron con el asesoramiento de la Línea 137 de atención a mujeres en situación de violencia.
En tanto, por razones de jurisdicción, el 24 de abril el expediente fue remitido al Juzgado de Instrucción Dos de Oberá, a cargo de Horacio Alarcón, que se encargará de la investigación de los presuntos hechos.
En paralelo a las cuatro denuncias en sede judicial, la Jefatura de la Policía de Misiones lleva adelante la instrucción de un sumario interno.
En la acusación contra el comisario Chimiski, jefe de la UR XI, M. C. (27) detalló que “todo comenzó hace tres años y se prolongó hasta ahora con insinuaciones, luego respondiendo estados de WhatsApp en los cuales me decía hermosa y respondía sacando capturas de pantalla de mis fotos uniformada y me hacía círculos en los senos. Luego me hacía invitaciones a la localidad de Aristóbulo, a la Unidad Regional y fuera de ella, así también me decía que iba a venir mucho a los operativos sólo para verme”.
La funcionaria aclaró que nunca accedió a las presuntas insinuaciones, lo que dio lugar al acoso laboral y sanciones.
“Cuando pedí mi traslado para poder amamantar a mi bebé que estaba a poco de nacer, no me respondieron y me sancionaron con 10 días”, dejó asentado.
Adaptarse y pedir disculpas
En la denuncian ante la fiscal Spinnato se precisa que M. C. rompió en llantos al contar los sinsabores que padeció estando embarazada de siete u ocho meses.
En otro párrafo se cita que el pasado 13 de abril hubo una reunión de más de tres horas en Alba Posse donde se habló sobre el presunto acoso sexual y laboral que sufrían ella y sus compañeras, ocasión en la cual el jefe de la UR XI la habría recriminado.
“(…) él expuso que nosotros éramos el eslabón más débil de la institución y que teníamos que adaptarnos a la Policía, que nosotros tenemos que denunciar a los ladrones no a los jefes de la institución, ya que al hacerlo no perjudicábamos sólo a los jefes, sino que manchábamos el uniforme y el prestigio de la institución y que teníamos que tener sentido de pertenencia con la Policía”, se lee en la denuncia del pasado 17 de abril.
Y agregó que el citado funcionario “nos dijo que lo que pasó en la reunión debía quedar ahí y que tenía que solucionarse pidiendo disculpas y que tenía que ser un antes y un después”.
Ante la grave acusación, el comisario mayor habría cuestionado su labor en función a las horas que trabaja la denunciante.
“Cuando yo me quejé, Marcelo Chimiski manifestó ‘trabaja cuatro horas y se queja’, siendo que mi horario era de seis horas de lunes a sábado por estar comprendida en el artículo 9 de tareas adecuadas, ya que tengo una hernia de disco provocada en función del servicio. Y manifesté que por más o menos horas que trabajemos, no tenemos por qué estar pasando por esta situación. Yo tengo mucho miedo de Chimiski, por lo cual solicito de forma urgente una prohibición de acercamiento”, subrayó.
En la denuncia adjuntó informes médicos y grabaciones de audio de la reunión a la que hizo referencia.
“Mensajes fuera de lugar”
Por su parte, G. S. (29) denunció al jefe de la UR XI por acoso sexual y hostigamiento.
“En el año 2021 presenté una nota solicitando el traslado a 25 de Mayo por razones familiares, mi jefe elevó la nota al comisario Marcelo Chimiski, quien desde ese momento me comenzó a mandar mensajes de WhatsApp que eran fuera de lugar, mensajes de acoso, solicitando que me presente en su oficina para hablar ‘del traslado’ y además me hacía invitaciones para cenar y salir a tomar algo, remarcando que tenía que acceder a todo lo que me pedía para poder así hablar de su ‘traslado’.
Como no accedí a ninguna propuesta y lo bloqueé del WhatsApp, pasaron varias semanas y recibí una llamada de Chimiski diciendo que llegó a oídos de él que hice comentarios que tenía privilegios por mantener una relación con él, por lo cual estaba teniendo problemas con su pareja y me amenazó con tomar medidas”, se cita en la denuncia.
La policía aclaró que nunca tuvo privilegios y que su anterior jefe vio los mensajes enviados por Chimiski, por lo cual lo ofreció como testigo.
También lamentó que por toda la situación padecida casi perdió su trabajo y se separó de quien era su pareja.
Temor a represalias
A su turno, A.P. (30) precisó que en 2019 inició relación informal con el oficial principal José Luis Kinast.
“Trabajábamos en diferentes dependencias y cuando le manifesté que quería terminar con la relación, ya que ambos nos pusimos en pareja, empezó el acoso laboral. Me perseguía, me amenazaba con que iba a conseguir mi traslado”, indicó en sede judicial.
En el 2022 el oficial asumió como jefe del Comando Radioeléctrico de Santa Rita y trasladó a la denunciante a la comisaría de Alba Posse, donde actualmente presta servicio.
“Este año asumió en la misma comisaría y comenzó la persecución. Que soy una maleducada, que me retobo, todo de manera injustificada ya que siempre cumplí con mis obligaciones y no tuve problemas de ningún tipo”, indico.
En ese contexto, agregó que “la semana ante pasada (al 17 de abril) pedí para hablar con él en su oficina y le pregunté en qué momento le falté el respeto, por qué me hostigaba y me maltrataba, a lo que él me dijo que si volvía a estar con él podía revertir la situación. Siendo que ambos tenemos familia le dije que eso no iba a pasar y que ya estaba cansada, que prefería pedir la baja antes de seguir trabajando de esa manera. En eso me dijo que antes que pida la baja me iba a correr de la Unidad Regional y que yo me acuerde que todo lo que él pide, el jefe de esa Unidad Regional lo avala como ya pasó con siete compañeros y compañeras trasladados”.
En la misma denuncia la mujer solicitó la restricción de acercamiento por temor a represalias.
“Podés pasar mejor”
En la cuarta denuncia, A. D. (23) declaró que entre fines del año pasado y principios del actual, el oficial Kinast le mandó realizar fajina en su oficina, circunstancia que aprovechaba para acosarla.
“Me miraba y gesticulaba cuando me agachaba, además me decía que estaba linda y que tenía un buen cuerpo. Me decía: ‘podés pasar mejor’, insinuando que podíamos tener una relación más allá de lo laboral”, expresó.
Más tarde el oficial trasladó a su pareja, también policía, lo que consideró como una represalia por negarse a tener una relación.
“Decía que yo no servía para nada, que era una inútil, un cero a la izquierda (…) que era el tipo de mujer que se acostaba con los que trabajan en Jefatura para acomodarme y seguir trabajando en Alba Posse, donde vivo”, indicó.
Al igual que sus tres camaradas, A. D. mencionó que previo a recurrir a la justicia ordinaria radicó una denuncia ante Asuntos Internos de la Policía por acoso y hostigamiento laboral contra jefe de comisaria de Alba Posse.
“También quisimos denunciar al comisario mayor Chimiski, pero no nos quisieron tomar”, afirmó una de las damnificadas.
Asimismo, detalló que entregaron informes médicos, capturas de pantalla y grabaciones, pero la denuncia interna no prosperó y por ello decidieron acudir a la fiscalía.
En tal sentido, indicaron que “las presiones y amenazas siguen porque los jefes siguen trabajando en los mismos cargos. Estamos pasando mal, con mucho miedo y es injusto”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.