Será intervenido para la colocación de un implante craneal. “Estamos preocupados y ansiosos, pero después de tanta lucha conseguimos que llegue la prótesis y Dios quiera que salga todo bien”, remarcó Carla Ramírez, hermana de Agustín
«El neurólogo que lo va a operar nos contó los riesgos, pero tenemos mucha fe y pusimos todo en manos de Dios», reflexionó Carla Ramírez a pocas horas de la intervención quirúrgica a la que será sometido su hermano Agustín Ramírez (24) para la colocación de un implante craneal.
El joven fue internado hoy en el Hospital Samic de Oberá para los estudios prequirúrgicos, mientras que la operación está prevista para mañana a las 8.
“Estamos preocupados y ansiosos, pero después de tanta lucha conseguimos que llegue la prótesis y Dios quiera que salga todo bien”, remarcó Carla.
La noche del 16 de agosto del año pasado, Agustín volvía de trabajar cuando fue perseguido, presuntamente chocado y luego abandonado por un móvil policial que lo dejó agonizando.
A consecuencia del impacto, el joven sufrió una rotura de cráneo y tuvieron que extraerle parte ósea, lo que requiere una prótesis para cubrir dicha área de la cabeza.
Por el hecho fueron imputados el oficial subayudante Nicolás Skripchuk, del sargento primero y chofer Ariel Cantero y de la agente Camila Cantero. La causa penal que se tramita ante el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá
Se los acusa de abandono de persona, incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos y lesiones graves culposas. Los tres permanecen apartados de la fuerza, pero en libertad.
Secuelas de por vida
Por la gravedad de la lesión craneal, Agustín afrontará una discapacidad de por vida, lo que fue certificado por los profesionales que lo atienden.
“Mi hermano era una persona sana, con proyectos y los policías lo dejaron así, con secuelas de por vida, como epilepsia. Pero el estado, que es patrón de los policías, nos pone todas trabas posibles porque quieren que nos cansemos y bajemos los brazos, y eso sí que no lo van a conseguir”, subrayó Carla.
Al momento del hecho, Agustín convivía con su hija y la madre de la pequeña, aunque las graves secuelas que padeció también afectaron la relación y derivaron en la separación, lamentablemente.
Por su parte, Juan Ramírez consideró “aberrante lo que le hicieron a mi hijo y ante eso, como familia, no esperamos ni pedimos más que justicia. Que los policías sean condenados, que cumplan una pena de prisión”.
Y agregó: “Son policías, estaban preparados para proteger a la sociedad pero terminaron haciendo lo contrario, siendo conscientes de todo, que es peor. Sabiendo el riesgo y que estaba mal, igual siguieron y después de lastimar a mi hijo que había salido del trabajo y regresaba a mi casa, se fueron de la escena, lo dejaron tirado y pienso por qué actuaron como delincuentes. Por qué no se hicieron cargo, por qué no llamaron una ambulancia”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.