Un preso “ahorcado” que no se ahorcó, torturas, policías con “sed de sangre” y la exaltación a Videla: la siniestra gestión de Marcelo Chimiski en la UR XI

La reiteración de hechos de violencia institucional no es casual en jurisdicción de la UR XI de Aristóbulo del Valle, donde manda el comisario Chimiski. Desde su rol en el caso Wasyluk, pasando por repetidas denuncias por torturas, la muerte de un menor y su fanatismo por el genocida Videla

Se confirmó que la autopsia practicada sobre el cadáver de quien en vida fuera Gabriel Alexander Pintos (17) “no se observa lesiones en el cuello que sean compatibles con ahorcamiento o intento”, contradiciendo la versión policial sobre un presunto intento de suicidio en una celda de la Comisaría de Campo Grande, el pasado 25 de junio.

El menor agonizó durante un mes y medio, lapso en que su mamá denunció que la víctima le contó que fue torturado por policías de Campo Grande, dependientes de la Unidad Regional XI de Aristóbulo del Valle. También una hermana del chico denunció que fue torturada. 

La semana pasada, otro joven denunció que fue torturado por policías de la Seccional Primera de Aristóbulo del Valle. Las marcas de los bastonazos cruzan la espalda, nalgas y piernas de la víctima, de 27 años, tal como se observa en las fotos del caso.

Alertados al respecto, desde la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT) tomaron conocimiento del caso y presentaron una denuncia y pedido de informe a la Jefatura de Policía.

La semana pasada un joven denunció torturas por parte de policías de Aristóbulo

Casi en simultáneo, el reconocido locutor Alejandro Delgado, integrante del staff de FM República de Posadas y propietario de radio Horizonte de Salto Encantado, publicó detalles del maltrato que sufrió el domingo pasado, alrededor de las 23.50, en un control policial ubicado en avenida De las Américas de Aristóbulo del Valle.

En este contexto de reiterada violencia institucional, vale recordar que a fines de junio, el comisario inspector Marcelo Chimiski, jefe de la Unidad Regional XI, utilizó su estado de Whatsapp para exaltar la figura de Jorge Rafael Videla, ex presidente de facto y condenado a la pena de reclusión perpetua como autor de 469 crímenes de lesa humanidad. Dicho comentario no tuvo ninguna repercusión institucional y Chimiski continúa en el cargo.

Después de eso, un subalterno del comisario publicó: “Ahora sí perro, agárrense que la bestia está suelta y tiene sed de sangre”. La frase fue acompañada por la foto de un móvil del Comando Radioeléctrico de la UR XI. La violenta expresión vulneró las pautas de mínimo decoro que debe seguir cualquier funcionario público y sus dichos retumban como amenazas. Estas cosas pasan en la siniestra gestión de Chimiski.

Idolatra a Videla

Semanas atrás, Chismiki compartió una imagen con fotos de Videla y un joven de gorra, aros y lo que parece una pistola, y la consigna: “CON ESTA GORRA NO HABRÍA MÁS DE ESTAS GORRAS”, dando a entender su apoyo al genocida condenado. Prejuicioso y peligroso.

Propios camaradas se mostraron indignados y repudiaron su actitud, al tiempo que hicieron notar la impunidad que ostenta.

“Una cosa es que lo piense, pero otra que lo publique, como que sabe que no va a pasar nada. Vergüenza ajena que existan funcionarios que piensen así en plena democracia. Es gravísimo, pero lo peor es que la cúpula no lo sancionó”, lamentó un alto oficial. Pero Chimiski sigue en el cargo, como si nada, lo que implica que para la cúpula de la Policía de Misiones idolatrar a Videla no es tan grave.

Rol en el caso Wasyluk

La impunidad de Chimiski es sostenida en el tiempo, ya que vale mencionar que era el jefe de la comisaría de Villa Bonita cuando asesinaron a Hugo Miguel Wasyluk (38), hallado muerto en una celda de la Seccional Primera de Oberá el 27 de abril de 2011.

Tras casi once años de espera, en diciembre pasado se celebró el juicio oral y tres ex policías fueron condenados a prisión perpetua. Se trata de tres ex integrantes de la comisaría de Villa Bonita, responsables de la detención de Wasyluk. Otros dos policías de la misma dependencia fueron sentenciados a 8 y 5 años de prisión, respectivamente. 

El cadáver de Wasyluk graficó el horror que padeció la víctima

Llamativamente, Chimiski ni siquiera fue imputado. Él siempre se jactó de sus contactos políticos, salvavidas que aún tendría, por lo visto.

En el juicio por el homicidio de Wasyluk, José Barboza, quien al momento del hecho era el segundo jefe de la UR II, apuntó sus críticas hacia el accionar de Chimiski,

Señaló que el 25 de abril de 2011, después de las 21, recibió un llamado del citado donde le manifestó que tenía un detenido que era muy violento para alojarlo en Villa Bonita y en la Seccional Segunda no había lugar, por lo que le pidió para ubicarlo en la Primera.

Lo que Chimiski no le dijo fue que antes el propio jefe de la UR II, Julio Bordín, había ordenado que Wasyluk sea alojado en la dependencia jurisdiccional (Villa Bonita).

“Chimiski me indujo al error, no fue honesto conmigo. De alguna manera se quería sacar de encima al preso”, remarcó.

También lo cuestionó Miguel Ángel Espíndola, quien era jefe de la Primera: “La gran pregunta es por qué no está Chimiski acá”, remarcó ante el Tribunal. Y agregó: “Si hubiéramos sabido que Hugo estaba herido se lo hubiera asistido. Me confié que antes de ir a la Primera pasó por el hospital; pero el personal de Villa Bonita estaba acéfalo de jefe, nos dejaron a Hugo y se fueron todos”.

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