Juan Darío Cardozo es hermano de “Martinciño”. En 2019 el Tribunal Penal de Oberá lo condenó a 15 años por robo e intento de homicidio en Panambí. Pero este año el Superior Tribunal de Justicia de Misiones anuló la sentencia y Cardozo volvió a las andadas
En la última década el nombre de Juan Darío Cardozo (30) apareció reiteradamente en expedientes judiciales y crónicas policiales. El hombre, con domicilio en el barrio San Miguel de Oberá, posee un amplio prontuario criminal por delitos contra la propiedad e intento de homicidio.
Es el mismo que el último viernes logró fugarse de la comisaría de Ruiz de Montoya, dependiente de la Unidad Regional IV de Puerto Rico, donde estaba alojado desde el pasado 6 de agosto por disposición del Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América.
Se trata del mismo que el 25 de septiembre 2013 -entonces de 21 años- logró escapar de la Seccional Primera de Oberá, donde se hallaba detenido por homicidio en grado de tentativa.
Cardozo fue recapturado dos años y medio más tarde como sospechoso por el robo e intento de homicidio (otra vez) en perjuicio de Víctor Rosendo Álvez (40), perpetrado el 19 de enero del 2016 en paraje La Línea, sobe ruta Provincial 5, localidad de Panambí.
Por ese hecho, el 23 de septiembre de 2019, el Tribunal Penal Uno de Oberá condenó a Cardozo y a Sergio Fabián Rodríguez (33) como coautores de “robo doblemente agravado por haberse cometido en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego, y homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegítima de arma de fuego”.
Pero lejos de purgar la sentencia, a principios de este año Cardozo y Rodríguez se vieron beneficiados por una resolución del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que anuló la sentencia de 2019 y ordenó liberar a ambos.
La medida también alcanzó al hermano del primero, quien había sido condenado a cuatro años como autor intelectual del hecho.
La última fuga
Tras recuperar la libertad por la absolución del STJ, Cardozo se instaló en casa de familiares en el barrio San Miguel y durante algunos meses mantuvo un perfil bajo.
Pero no tardó de volver a las andadas y el 6 de agosto fue detenido por una serie de delitos contra la propiedad perpetrados en Oberá y en Capioví, según precisaron desde la Policía.
Por disposición del Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América fue alojado en la comisaría de Ruiz de Montoya, hasta que el último viernes logró burlar la seguridad de la dependencia y se dio a la fuga.
Alrededor de las 16.15 los efectivos de guardia constataron la evasión. Según se informó desde la propia fuerza, Cardozo escapó a bordo de una moto Honda New Titan color negra, dominio A051YTZ, propiedad de uno de los efectivos de la comisaría.
Desde el mismo viernes personal de diferentes dependencias llevan adelante un amplio operativo para dar con el evadido, aunque aún no fue recapturado.
En paralelo a la búsqueda, la Jefatura de la Policía de Misiones inició la instrucción de un sumario administrativo interno para deslindar las responsabilidades del caso.
Es que no sólo burló la seguridad de la celda donde permanecía detenido, sino que se fugó con la moto de un policía, por lo que el hecho genera innumerables suspicacias.
Condena previa
Entre los antecedentes de Juan Darío Cardozo se destaca la condena por un robo e intento de homicidio en el 2016, aunque luego el STJ anuló el fallo y ordenó la libertad del imputado y de sus cómplices.
Según se determinó en el juicio, el 19 de enero del 2016 Cardozo y Sergio Fabián Rodríguez arribaron al domicilio de Víctor Rosendo Álvez, en paraje La Línea, Panambí, donde robaron 60 mil pesos y balearon al dueño de casa, quien sufrió cinco impactos de bala y salvó su vida de milagro.
En consecuencia, el Tribunal Penal Uno de Oberá condenó a Cardozo y a Rodríguez a 15 años de prisión.
En tanto, Martín Andrés Cardozo (35), alías “Martinciño”, recibió una condena de cuatro años de cárcel como “partícipe secundario en el delito de robo doblemente agravado por haberse cometido en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego”.
Martín Andrés -hermano de Juan Darío- fue imputado como autor intelectual del atraco de los 60 mil pesos denunciado por Álvez.
La acusación
En su alegato, la fiscalía enumeró las pruebas contra los imputados que el día del hecho
arribaron a la casa de Álvez y dijeron que se trataba de un asalto; luego trataron de ingresar a la vivienda, pero el propietario se opuso y contestó que el dinero estaba en el auto, un Volkswagen Vento.
Fue entonces que Rodríguez martilló dos veces su arma contra el pecho de Álvez, pero los tiros no salieron. Después disparó Cardozo, mientras que el tercer autor material nunca fue identificado.
El dueño de casa le pido socorro a su hermano, que vivía al lado, quien poco pudo hacer ante tres personas armadas. A punta de pistola los ladrones le exigieron las llaves del coche a la esposa de Álvez, Rosana Bogado. En la huida los malvivientes le propinaron un quinto disparo en la pierna a la víctima.
Escaparon en dirección a Oberá y al otro día el coche fue hallado en inmediaciones a la terminal de ómnibus.
Luego, a partir de fotografías exhibidas por la Policía, la víctima y su esposa identificaron a Rodríguez y al menor de los Cardozo.
“Estaban decididos a matarlo, por eso fueron a cara descubierta. Efectuaron cuatro disparos en una zona vital como el abdomen y fue un milagro que la víctima no haya muerto. Y si sobrevivió fue porque su hermano vive cerca y lo acudió enseguida para llevarlo al hospital”, subrayó Myriam Silke, fiscal subrogante en el juicio.
Argumento defensivo
Rodolfo Riotorto, defensor de los Cardozo, apuntó contra la pesquisa policial: “No dudo que los cargos fueron direccionados por una mala investigación realizada por la Brigada de Oberá”.
“La mamá de Álvez dijo: ‘yo no acusé a Martinciño, acusé a Luli Vera’, aunque éste ni siquiera apareció en el debate”, al tiempo que agregó: “Una suposición no cuenta como aval probatorio. Acá hubo testigos que declararon que sufrieron apremios ilegales por parte de la Policía en una investigación direccionada a inculpar a gente inocente”.
En tal sentido, el abogado opinó que “los testigos presidiarios desvirtuaron lo que se cita en el expediente porque denunciaron apremios para declarar lo que declararon”.
También avanzó sobre el testimonio del chofer Silvio Melnik, quien en principio aparecía como un testigo clave de la fiscalía, aunque luego ni siquiera fue citado en el alegato.
Melnik fue el chofer que el día del hecho hizo la línea Oberá-Panambí al mediodía y en la instrucción identificó a dos personas con tatuajes que no coinciden con los de los imputados.
Se hizo narco
Al declarar ante el Tribunal Penal de Oberá, Víctor Rosendo Álvez cumplió el doble rol de víctima y testigo al mismo tiempo, ya que recibió cinco balazos y sobrevivió para contarlo.
“Me destruyeron la vida. Por culpa de esta gente perdí todo y me tuve que meter en la droga. Después me descubrieron que andaba en eso y pagué con la cárcel. Recién hace un mes recuperé mi libertad. Y si estoy vivo es por milagro de Dios”, subrayó entonces.
Ya recuperado de aquel episodio del 2016, Álvez fue implicado en una causa por narcotráfico y en juicio abreviado admitió que se dedicaba al narcomenudeo, por lo que fue condenado a cuatro años de prisión.
Un mes antes del juicio por el hecho en su contra le concedieron el beneficio de la libertad condicional bajo tutela de su concubina, Rosana Bogado, por lo que regresó a la misma vivienda donde lo habían asaltado y baleado.
Respecto a los imputados, aseguró que sólo conocía de vista a Martinciño Cardozo, quien mantenía una relación comercial con su cuñado. Incluso, el acusado era muy allegado a la madre de Álvez, con quien viajó varias veces a comprar al Paraguay.
“No tengo dudas de que Martinciño y mi ex cuñado Vera planificaron el robo. Vera era remisero de Martinciño, traía cosas del Paraguay para él”, opinó en el juicio.
Sentencia anulada por el STJ
A principios de 2022, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) hizo lugar a la apelación de las defensas de los tres condenados por el robo e intento de homicidio en perjuicio de Víctor Rosendo Álvez.
La decisión del máximo órgano judicial de Misiones se fundó en que el reconocimiento fotográfico realizado en sede policial estuvo “plagado de irregularidades”.
El recurso de casación fue interpuesto por Rodolfo Riotorto a favor de sus defendidos Martín Andrés Cardozo y Juan Darío Cardozo, y por María Cristina Salguero en beneficio de Sergio Fabián Rodríguez.
El STJ avaló el criterio de las defensas, las cuales argumentaron “que a partir de la declaración de una testigo, la esposa de la víctima, la Policía inició una línea de investigación basada en simples sospechas, y bajo esta línea se mantuvo hasta el final, sin abordar otras hipótesis”.
“La mujer reconoció que los efectivos le dijeron los nombres de las personas que aparecían en las imágenes exhibidas en el reconocimiento fotográfico”, precisaron.
Por ello, a criterio de la defensa el hecho de exhibirse la fotografía con el nombre de Juan Darío Cardozo fue causal de nulidad de la prueba.
En cuanto a la condena de Martín Andrés Cardozo, la defensa señaló que “lo introdujeron en la causa porque viajaba a Paraguay con el concubino de la hermana de la víctima, y que por eso supuestamente sabía que Álvez habría cobrado una suma de dinero.
En ese contexto, el STJ anuló la sentencia y aplicó el in dubio pro reo, principio jurídico por el cual la duda beneficia al imputado.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.