El subalférez Diego Armando V. C. se desempeñaba como jefe del Paso Internacional de Bernardo de Irigoyen y crio a la víctima desde los 4 años. “Tu hija tiene el cuerpito de una nena de 5 años y la mentalidad de una puta”, dijo el depravado antes de ser detenido
El pasado 29 de enero, personal policial de Bernardo de Irigoyen procedió a la detención de un subalférez de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) que hasta ese mismo día se había desempeñado bajo la órbita del Escuadrón 12 y cumplía tareas como jefe del Paso Fronterizo Internacional.
Horas antes, quien era su concubina radicó una denuncia por abuso sexual en perjuicio de su hija de 8 años, hijastra del implicado, a la cual crio desde los 4. Fruto de la relación con la madre de la víctima, la pareja tuvo un nena que actualmente tiene 2 años.
Con relación al sospechoso, identificado como Diego Armando V. C. (32), se halla alojado en la comisaría de Piñalito Norte acusado de “abuso sexual simple varios hechos y abuso sexual con acceso carnal en concurso real”, con intervención del Juzgado de Instrucción Uno de San Pedro.
En principio, los detalles de la denuncia radicada por la madre de la menor sentaron las bases de la dura acusación contra el gendarme, mientras se aguarda la declaración de la niña en Cámara Gesell, trámite previsto para esta jornada en San Vicente.
La progenitora comentó que días antes de radicar la denuncia le nena le refirió un malestar y su concubino le hizo un extraño comentario que luego cobró relevancia.
“Mi nena me contó que le picaba y le dolía la cola, la revisé y vi que estaba como irritada, pero pensé que eran parásitos. Le comenté a él y me dijo ‘te pusiste a pensar si la tenés que llevar al Hospital y notan que esta pendeja ya fue violada’. Fue como que se estaba anticipando”, opinó.
“Le decía papi”
El sospechoso es oriundo de la provincia de Salta y a fin del año pasado viajó con su pareja y las hijas a visitar a sus padres en la citada provincia.
En esa circunstancia, la progenitora de la niña notó una actitud de la pequeña que comenzó a preocuparla, ya que en una ocasión la encontró jugando desnuda en la cama con un primito de su edad.
“La pregunté qué estaba haciendo y me dijo que fue algo que vio en la tele, lo que me pareció imposible. Volvimos a Irigoyen y el 28 de enero a la noche él (por el acusado) me dijo que fue al baño y vio que la nena la estaba tocando a la hermanita. Y me dijo ‘tengo un cagazo terrible, porque tu hija tiene el cuerpito de una nena de 5 años y la mentalidad de una puta’. Eso me dejó helada”, indicó.
Fue así que al otro día, cuando su concubino se fue a trabajar, le mujer le preguntó a su hija qué le pasaba y si alguien le hizo algo que ella no quería.
“Después de varios minutos, me contó: ‘Cuando vas al gimnasio o a comprar y tardás, papi me hace unas cosas’, porque ella le decía papi. Y me preguntó ‘qué es eso blanco que le sale a papi de su cosa cuando me hace eso’. Ahí me quise morir, fue tremendo escuchar eso”, reconoció.
La pequeña también le contó que previo a los abusos el padrastro llevaba a su hermanita menor a la pieza y la dejaba con su mamadera.
Las amenazas
Con el correr de los minutos la nena fue contando más detalles aberrantes, como que el acusado la obligaba a mirar pornografía en su celular.
“Otra cosa tremenda que me contó fue ‘papi me dijo que ahora estoy muy chiquita, que no me puede meter, pero cuando tenga 13 me va a meter y ensañar cosas lindas’. Después me preguntó si eso te tiene que gustar, porque cuando le hacía cosas le preguntaba si le gustaba”, añadió.
Devastada por los dichos de la nena, la progenitora le preguntó por qué no le contó antes, ante lo cual le respondió que el gendarme la amenazaba diciéndole que si mencionaba los hechos mataría a alguien de la familia, con el terror que eso siembra en una mente infantil.
Ese mismo día radicó la denuncia ante la Comisaría de la Mujer de Bernardo de Irigoyen y a las pocas horas detuvieron al acusado.
“Hasta el 5 de febrero usó el celular donde está detenido. Estaba todo el tiempo en línea, hasta que avisé en la comisaría. También tuve que lidiar con amenazas de su familia, que viajó desde Salta, por lo que el juzgado dictó la prohibición de acercamiento”, señaló.
Asimismo, reclamó que “Gendarmería hasta ahora se lavó las manos y no me dieron ninguna asistencia. Lo único que pido es justicia por mi hija y que pague el tremendo daño que hizo”.
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Daniel Villamea, periodista, hincha de River (no fanático), Maradoniano, adicto a Charly García, Borgiano y papá de Manuel y Santiago, mis socios en este proyecto independiente surgido de la pasión por contar historias y, si se puede, ayudar a otros.