Lili Franchi: historia y vigencia de las bochas en Oberá

A los 83 años, Lili Franchi continúa compitiendo y entre el 2 y el 6 de octubre participará en el Nacional de la disciplina en Mar del Plata. La dirigencia del OTC la homenajeó por su aporte a la institución y el deporte

Todo empezó en 1968 con un aviso en el diario La Voz -como canta Rodrigo- solicitando una farmacéutica para Oberá. Era por un año, supusieron Lilia Elizabet Franchi y su esposo René Croux, pero nunca más se fueron.

Hoy, doña Lili tiene 83 años y se prepara para disputar un nuevo Nacional de bochas, esta vez en Mar del Plata, desde el 2 al 6 de octubre.

Pionera de la disciplina en Oberá, ella y su marido fueron pilares de las bochas en el Oberá Tenis Club (OTC), recorrieron el país y hasta compitieron en Brasil.

En su casa atesora decenas de trofeos y plaquetas, más recortes, banderines y otros recuerdos de tantos años de actividad.

En ese contexto, la dirigencia del OTC decidió homenajearla por su aporte a la institución y el deporte, a pesar que desde hace varios años el club ya no cuenta con canchas de bochas.

Sergio Feversani, presidente del OTC, junto a Lili

Por ello, para mantener el toque Lili practica en la cancha del Independiente Tenis Club (ITC), donde la tratan con mucho afecto y se siente como en casa.

“Desde mayo estoy entrenando en el Independiente, donde tienen una cancha sintética, para participar en el Nacional de Mar del Plata”, comentó con entusiasmo.

Pasión intacta

Lili recordó que hace 55 años arribaron a Oberá con su esposo, tentados por una oferta laboral para ella que leyeron en los clasificados del diario La Voz.

“Buscamos Misiones en el mapa y sólo aparecía Posadas. Tenía contrato por un año para trabajar como farmacéutica, pero no nos fuimos más. Lo primero que me llamó la atención fueron los colores de la naturaleza y me encantó”, indicó.

Criaron a sus tres hijos, trabajaron, hicieron amigos, deporte y colaboraron en el desarrollo del OTC como institución.

Sobre su desembarco en las bochas, mencionó que “siempre acompañé a mi esposo y en la primer época sólo jugaban los varones, pero las mujeres mirábamos y fuimos aprendiendo”.

Sin los recursos de hoy en día, muchas veces los propios jugadores mantenían las canchas de polvo de ladrillo, con el trabajo que ello implica.

Entre tantos recuerdos, atesora el título Nacional de 2003 en Santiago del Estero junto a su esposo, ya fallecido.

La disciplina no tuvo la renovación de otras, por lo que llegado un momento ya no había jugadores y el OTC se quedó sin bochas, aunque doña Lili representa historia y vigencia de una pasión.

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